40-Alcalá Venceslada,
Antonio: ¡¡Y José Gama López!!
De una misma expresión
de una realidad, que además es cierta en muchos casos, conozco tres
formulaciones y no descarto que haya más que ignoro. La más antigua y poética
que conozco es una doctora de la Iglesia, santa Teresa de Ávila:
Nada te
turbe,
nada te
espante,
todo se
pasa,
Dios no
se muda.
La
paciencia
todo lo
alcanza;
Otra también de origen
literario, atribuida a quien no era doctor de la Iglesia, Camilo José Cela:
afirmaba que quien resiste gana; en realidad la frase era de Aulo Persio
Flaco: Qui resistit, vincit.
La tercera la mantiene
un viejo refrán castellano que asegura que quien la sigue la consigue.
Supongo que ante tales
afirmaciones todos tenemos experiencia de que desgraciadamente no es así en
todo y siempre: ni todo lo alcanza la paciencia ni vence quien resiste y no por
apremiar a la realidad sin denuedo esta se nos entrega en aquello que le
reclamamos.
Si usted viene
siguiendo esta serie de entradas sobre Alcalá Venceslada, entenderá las
admiraciones que, ¡por fin!, cercan el nombre de José Gama López.
En este caso, sin
embargo, se ha hecho verdad la formulación cualquiera de las tres. La primera
vez que hallo el apellido Gama López en mi diario de investigación fue el 7 de
mayo del año 22 Disculpen mi reiteración que es fruto de la tenacidad que no de
la tozudez: si esta se me antoja vicio, la anterior es virtud.
José Gama López y Alcalá
Venceslada escribieron a cuatro manos dos obras de teatro siendo ambos
colegiales del Real Colegio Mayor “San Bartolomé y Santiago” de Granada allá
por 1903 y 1904. En el primero de ellos escribieron La venganza del feudal,
obra que ya comenté aquí y Soleares que
igualmente comenté también aquí y además en la anterior entrada; a esta obra le
puso música C. Orense. La persona objeto de mi estudio biográfico es Alcalá
Venceslada y de él tenemos ya muchísima información de la que antes carecíamos.
Tras mucho rastrear alcancé a saber pronto que José Gama López era natural de
Lucena, estudiante de Derecho y nada más. Busqué y rebusqué en esta ciudad
cordobesa sin conseguir nada de él ni por medio del cronista de la ciudad, ni
del Archivo histórico municipal, ni del censo… ni de internet: solo alcancé a
averiguar que tenía un hermano que había escrito algo en la prensa local y que
su nombre era Francisco Javier. Anoté en mi diario de investigación el 13 de
junio del 22, día de mi onomástica, por más señas: “He estado hablando con
los cronistas oficiales de Lucena y Aguilar, con la intención de averiguar algo
sobre José Gama López. Renunció a averiguar quién es C. Orense…”. No había
pista posible de C. Orense, hasta que supe que la C. se correspondía con
Cándido, etc. que esto ya lo conté con detalle en otra entrada de este mismo blog hasta saber quién fue el músico granadino
Cándido Orense Talavera.
Me quedaba colgado Gama
López que se me resistía, mas no al equipo de investigación del Archivo
histórico de la universidad de Granada y a quien lo encabeza, doña Carmen
Domínguez Fernández: a todos ellos mis disculpas por las molestias que les causo
y mi agradecimiento por sus impecables servicios ya desde los años de la
pandemia, cuando empecé a aporrear a su puerta digital y ellos a contestar con
sumo agrado y eficacia. Solo expreso la verdad y mi sincero agradecimiento.
Hoy ya sé que la
familia Gama López, vivió durante años en Aguilar de la Frontera. El padre era
don Francisco Lorenzo de Gama y Jurado, propietario e industrial, y natural de
esa ciudad, mientras la madre, doña Carmen López y Villarreal era natural de
Lucena. Cierto es que vivieron unos años en Aguilar, en la calle C/de Pozuelo,
nº 12, pero la madre, como reitero, originaria de Lucena, dio a luz a su hijo José
en esta. En Lucena vivieron en la calle de Andrés Carretero, número primero,
así lo consigna el notario que da fe del nacimiento de José Gama.
Era José el menor de
tres hermanos varones, que yo conozca: Ángel Gama López, estudiante de Bachiller
en Cabra y de Derecho y Filosofía y Letras en Granada, donde no me consta que
terminara ni una ni otra; el citado Francisco Javier, quien fue el primero de
quien pude hallar rastro por algún escrito en la prensa lucentina y, por
último, José, nacido el 9 de abril 1884, el menor y coautor de las obras con
Alcalá Venceslada, un año menor que este y estudiante de Derecho.
Sin meterme en camisas
de once varas, puedo comprobar que José estudio su bachillerato en el instituto
de Cabra porque posiblemente en Lucena no lo hubiera (todos los que hallo en
esta son de mediados del siglo XX en adelante). El de Cabra, sin embargo,
existe desde el siglo XVII y, desde 1777 a 1823, se incorpora a la Universidad de Granada con el
nombre de Real Colegio de Estudios Mayores de Cabra. Se mantuvo cerrado de
1823 hasta 1827 por orden del rey Fernando VII. Ya en 1828 y mediante una
Real Orden, se convierte en Colegio de Humanidades. En 1846 el Real
Colegio cambia su adscripción y se incorpora a la Universidad de Sevilla,
y en 1847, se transforma en Instituto de Segunda Enseñanza mediante una Real
Orden de Isabel II, convirtiéndose definitivamente en uno de los primeros
institutos públicos de España.
De lo que se llamó el distrito de la Universidad de Sevilla, José, al
estudiar en Cabra tuvo que realizar un cambio de expediente a la Universidad de
Granada. No fue, por lo que observo, bachiller brillante. El citado cambio de
expediente, curiosamente va firmado por don Francisco Caballero-Infante,
secretario de esa Universidad y pariente de Antonio Alcalá trascurridos los
primeros años del siglo XX. En el curso 1901-1902 ya vive Gama López en el
Colegio Mayor arriba citado de “San Bartolomé y Santiago”. Curioso que a
nuestro joven dramaturgo en el curso de 1902-1903 obtuvo un triste aprobado en
Teoría de la Literatura y de las artes, ¡pobre profesor! En 1903 dejó de vivir
en el Colegio Mayor y se fue a vivir a la plazoleta de los Lobos, número 1; al
año siguiente volvió a cambiar de domicilio: calle de Navas, número 2… y en
1905 terminó su carrera de Derecho en Granada, sin dejarnos más pistas que las
aquí halladas y contadas. Ignoro qué fue de su vida y a qué se dedicó. Yo sigo
camino con Alcalá, ya en Jaén y en 1920…
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