17 de enero de 2021

434- Havel, Václav- MEDITACIONES ESTIVALES

 



Me desesperaba cuando, al iniciarse una película, mi padre decía no haberla visto, cuando lo había hecho en mi compañía. Había olvidado todo. No se enfadaba ni se inmutaba, solía decir que así, de ese modo, si era buena, la disfrutaba dos veces.

Algo así voy a tener que decir yo con los libros… Cuando empecé a hacer fichas -antes tuve alguna listilla-, siendo un chaval, estas cobraban sentido porque mi neurosis me llevaba a leer uno tras otro los libros de un autor determinado que hubiera en la llamada Casa de la Cultura y que fuera de mi gusto. Recuerdo que, en una ocasión, cuando había empezado un libro de Baroja y llevaba unas páginas… recordé que ya lo había leído: no había olvidado la novela, pero había confundido o borrado el título: hago fichas y así no me ocurre, pensaría.

Hace unos días compré este libro de Havel y, buscando hoy otra obra en la biblioteca de casa, y veo que ya la tenía en su sitio y figura en la base de datos como leída… Llevo casi cien páginas y si la leí lo olvidé todo: no recuerdo nada de nada. La primera vez que me ocurre esto en mi vida (ya sí me sucede con películas que no retengo con exactitud, aunque sé que las he visto y las voy recordando a medida que la trama avanza). Quizá tan solo sea que creemos que eso que le pasa a la gente o no nos sucederá a nosotros o, más bien, pensamos que nosotros no somos la gente.

Dicho esto me centro en el libro. Hace unas entradas, cuando escribí sobre El poder de los sin poder decía algo así como que me gustaría saber cómo se había plasmado el ideario y los anhelos de un Havel que no había tocado poder cuando escribió el citado libro. ¿Cómo le fue cuando sí lo tuvo, como presidente de Checoslovaquia y de Chequia, después…? No sabía dónde hallar esta información desde una fuente ajena a él. Estas Meditaciones, sin embargo, dan cuenta de lo que yo deseaba saber, pero la fuente es él mismo: es lo que tengo.

Sin duda el refranero es, en general, si no sabio, experimentado. “Los toros desde la barrera siempre se vieron mejor”. Cuando uno tiene millones de personas dependiendo de sus decisiones, de las determinaciones de su gobierno, cuando… Quizá se puede uno hacer idea, muy elemental, con solo querer dirigir a unas docenas de ellas: realmente muy difícil y siempre se tiene la tentación de… Dos citas me vienen a la memoria y que rebusco entre mis notas. Afirmaba Dión Casio de Marco Aurelio que este: “Decía que es imposible crear a los hombres tal y como querríamos que fueran, pero que había que utilizarlos a cada uno según la tarea que era capaz de realizar”. El propio Marco Aurelio, con un sentido tan agudo como realista, de su falibilidad y de su experiencia, afirma que muchos hombres son incorregibles y “No dejarán de seguir haciendo lo mismo, ¡aunque revientes!” (VIII, 4). Experiencia común, recogida por los clásicos, por el refranero, pero… ¡porque siempre lo hay!, uno piensa que quizá tengas más suerte, más capacidades, más… y que te irá mejor y te haces idea de que hay más cera de la que hay, de la que arde.

Havel va describiendo en este libro procesos que vivió como Presidente. Procesos gravísimos y muy dolorosos, como la separación de Chequia y Eslovaquia, antes de que ocurrirá: lo que pensaba, lo que deseaba lo que negoció, las ilusiones de millones de compatriotas, los frustrantes fracasos terminados en el lodazal de la historia. Iniciativas de sus gobiernos, sueños para su pueblo y su nación. La incomprensión de millones de personas… Él en este libro va explicándose al margen de su acción de gobierno y da la sensación de sinceridad -¿qui lo sa?-: los muy chuscos y abundantes reveses, la incomprensión… de su acción de gobierno. ¿Era posible una política respetuosa y sin mentir? ¿Eran posibles políticos que fueran a servir a su patria y no a servirse de ella? ¿Era imposible una política ética? Sin duda él lo intentó: no me cabe duda, lo creo. Sé que nadie es billete de 500 euros que a todos gusta y nos conviene y, por tanto, serán muchos sus detractores, pero seguro que lo hizo bien.

Leo algo sobre la actual Chequia y tengo la impresión de que es una nación que marcha con ilusión. Entiendo que debe de tener sus problemas como todas las naciones los tienen, como todas las personas los tenemos, pero cargar con un arsenal ético para enfrentarse a la realidad, en los tiempos actuales, en la política actual, es de suyo y ya de entrada… admirable.

En los tiempos que corren leer a Havel es respirar aire fresco y limpio de montaña.



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