Desde mi perspectiva.
Faro de Vigo, 1-07-2020
Educación
PSOE y Podemos excluyen a los colegios concertados de las ayudas por el
coronavirus
La inversión, que incluye distribución de equipos
digitales, se destinará solo a la educación pública
La noticia no me
sorprende. Trabajé en la enseñanza concertada, en la privada –a la que solían
repetir el adjetivo: privada privada- y en la enseñanza pública. A lo
peor sé de qué estoy hablando.
No hay que enfadarse: “No
es nada personal. Son solo negocios”. Quienes defienden la escuela única luchan,
entiendo, por el periódico único, la cadena de televisión única, el dominio de
Internet por el Estado, el lenguaje propio de lo políticamente correcto, la
elección de sexo, la libertad de abortar, el libro de texto único, la
orientación sexual libre, la desaparición del adversario político y el partido único
en un Estado omnipresente, todopoderoso y sencillamente totalitario. Son los
totalitarios.
El totalitario quiere
la libertad para el ancho de su embudo: lo estrecho para los demás. Es así. Es
un problema de afán de dominio. Les desagrada que Dios hecho hombre hable de
salvación porque quienes deben salvarnos son ellos.
A partir de la
Ilustración, Europa y, con ella, Occidente han fundamentado su identidad en una
idealización de la Cultura. Se creyó en el poder civilizador del desarrollo de
las artes y de las letras. Debajo subyacía la utopía de que la Cultura nos
emancipa, nos civiliza y nos hace humanos. Las raíces históricas de esta bella
fantasía nacieron en la paideia griega. Los totalitarismos,
repito, corrompen el lenguaje y buscan la ignorancia en el olvido. La crítica
en libertad preserva la memoria humana.
“Para el totalitarismo,
no hay inocentes. Quienes están al otro lado de la alambrada siempre son
candidatos potenciales a la reclusión y el exterminio. El totalitarismo
representa la muerte de la política, es decir, del diálogo con el otro, del
entendimiento mediante la palabra”. Eso ocurre con la escuela en España:
imposición, deseo de adoctrinamiento, de manipulación… ¡Pero no es nada
personal, oiga!
Antonio, ya estoy hasta los bemóles y sostenidos de que se hable de escuela y educación pública. Lo que quieren decir es ESCUELA O EDUCACIÓN ESTATAL. Escuelas públicas lo son todas. La educación privada es lo que yo o mi mujer le enseñamos a nuestra hija en casa.
ResponderEliminarAntiguamente, cuando yo estudiaba eran colegios nacionales. Lo que ocurre es que el vocablo "público" suena mejor que "estatal", que queda como más totalitario.
No es tu entrada.
ResponderEliminarEl otro día tuve un intercambio de opiniones sobre "lo público".
Educación pública, sanidad pública, la defensa de lo público...
Están cambiando la epistemología con intención ideológica.
Mamá Estado, contra los malvados "privados". Han despojado de significado la palabra "público" y la han rellenado del significado "estatal", para no usar esa.
Gracias por tu corrección y tu comentario. Creo que aportan en pocas lineas luces en el sentido que pretendía yo. Insisto: muchas gracias. Estoy de acuerdo contigo. A veces caemos en trampas que nos desvían de la verdad.
ResponderEliminarSi en alguna oportunidad quieres publicar algo en este blog, está a tu disposición. No es "público", pero sí está a tu servicio. Un abrazo.
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