Sigo con la investigación y les doy noticias:
«RTVE destierra a los Iglesias ante el fracaso en
audiencias y las críticas por el episodio de Ana Obregón: "La
perversión" de construir una casita de muñecas para su nieta». Este es el titular de un periódico que me produce una
angustia que por pocas me da un jamacuco que me deja hecho un atún.
Me temía esto que ha sucedido. La plebe, la chusma, el populacho… no está a
la altura de la aristocracia del papel cuché. Estaba cantado que los Iglesias,
¡cómo otros tantísimos!, por cuna, porque así Dios lo ha querido, nacieron en
casas bien donde las necesidades del común de los mortales no tenían asiento,
¿o es que todos hemos de ir con una mano atrás y otra delante como el Lazarillo
con el ciego? Envidia cochina, el pecado nacional, ha provocado que el vulgo se
haya dicho: “Aunque nos interesa muchísimo el programa de los Iglesias, no lo
veamos para importunarlos”, ¡qué fino el pueblo cuando quiere!
Les conté a ustedes enuna entradita de menos de 300 palabras, salvo error, que los Iglesias tenían un
programa magnífico, “Los Iglesias: HerMANOS a la obra”, del que por mil razones
no he podido ver ni uno, donde ellos, tan cuquis, se ponían ¡¡manos a la obra!!
en un programa que de eso iba –y de los que creo que hay más de uno en otras
cadenas–.
Se trata de gente del taco, que pide a un estudio que reforme su casa; les da
las llaves del hogar, se largan al yate o a la finca en el jet… y que les
saquen esas polvorientas castañas del fuego, que si es por billetaje no hay discusión.
¡¡Pues… que han
retirado el programa…!! ¡Qué disgustazo tengo!
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