479-Baltanás, Enrique: LA MATERIA DE ANDALUCÍA
Entendí que esta obra
de Enrique Baltanás es la secuela de libro anterior comentado en este blog: Las
columnas de Hércules. Realidad o invención de Andalucía (1999). La materia
(2003) es obra con más fondo y enjundia, más académica, dirigida a un público
lector interesado en qué sea Andalucía: cuál fue su construcción ideal,
ficcional, real, imaginaria…
Como en la obra
anterior tengo la percepción de que el autor sigue un orden no exactamente impresionista,
pero no se halla incómodo en cierto desorden expositivo aparente. Sin duda, y él
lo advierte, como filólogo, se apoya en un número no solo admirable de textos, sino
de obras y autores disparejos, extraños a los circuitos de lecturas ordinarias…
y junto a estos los autores familiares a los lectores más o menos ordinarios:
Ortega, Julián Marías, José Carlos Mainer, Cernuda, Alborg, Blas Infante, Lorca,
Rubén, Villaespesa, los Machado, Joaquín Romero Murube… Mucho estudioso y teórico,
historiador de la Literatura… y poco a poco Baltanás se va esquinando hasta citar
autores que, a servidor, que lleva su vida toda en esto de los libros, le
consta que no son conocidos en las tertulias literarias y menos aún en las de café
o taberna; muchos de ellos relacionado con Sevilla y el andalucismo y… que
ciertamente no son de ordinaria administración: Chaves Nogales, José María
Izquierdo, Julio Cejador, Basave… Nunca, en mi vida, leí nada de, nada sobre…
Jan Potocki. Me quito el cráneo. Y quien quiera saber que vaya a la escuela…
(el propio Baltanás tiene una obra del payo traducida y editada…).
La materia de Andalucía
es una versión, si se me permite, para entendernos, universitaria muy
concreta de Las columnas de Hércules. En esta obra hallará el lector sus
notas a pie de página (esos bacines bajo la cama que decía Quevedo), su bibliografía
amplísima y muy trabajada y expuesta y no tiene ningún empacho Baltanás, ni se
disculpa ni tiene por qué, insisto, como filólogo, de citar textos extensos
donde da la palabra al autor o autoridad en que se apoya y así se ahorra él de
traducir, sintetizar, resumir… ¡me gusta! Cuando me toque, si llega, lo
imitaré.
Y a lo que vamos: del
contenido. ¿Qué es Andalucía? ¿Cuál es el ser de Andalucía y la sustancia de
nosotros los que nacimos aquí? ¿Hay elementos distintos entre una y otras provincias?
¿Es Andalucía la finca que alinda con el Cielo? ¿A quiénes y por qué se le
ocurrió semejante memez y la divulgaron más que el descubrimiento de América?
¿Esos gitanos, ese cante flamenco, esas bailaoras, estos patios, esas plantas y…
esas guitarritas? Uno, que es de Jaén, ya se lo sabe. Se cita muchísimo a
Sevilla y a Granada, algo a Córdoba y algo a Cádiz… De Huelva y de Almería no
se tienen apenas noticias…, como de Jaén… ¿Será que tampoco entonces llegaba el
AVE? Otro descubrimiento: un paisano de Alcalá Venceslada: Gil Benumeya.
El autor, que es
profesor, no deja de tener los recursos propios de quien se dedicó al oficio y
ya, por resumir y aclarar: en una parada en el camino escribe: “No es propósito
de este libro analizar el nacionalismo andaluz, sino, en todo caso, su prehistoria
y arqueología literaria. No es este un libro sobre historia política, sino
sobre historia de la literatura. Pero es cierto que también podría decirse, parodiando
la conocida definición de la guerra del general Von Klausewitz, que a veces la
política es la continuación de la literatura por otros medios. Al menos, en
tanto que la política es una guerra —no siempre cruenta por
fortuna—
de ideas y de sentimientos encontrados. En el origen de los nacionalismos
periféricos no hay más que literatura, en el mejor y en el peor sentido de la
palabra literatura” (aunque luego, algunos… se tuercen y dejan centenares de
muertos en las calles)..
Serio y excelente el libro
del profesor Baltanás, hasta a donde a este lector le alcanza. Ha aprendido
mucho en él; me ha hecho reflexionar y contrastar otras lecturas y tesis sobre
el tema. Son muchísimas las citas que anoto para el trabajo que de Alcalá
Venceslada me ocupa. Son muchos los autores citados, contemporáneos, amigos de
este incluso, que se citan en el trabajo y que aportan, para mí, perspectivas
con nuevos brillos. Cuando se investiga se toman incontables citas de libros,
artículos, ideas, etc. de las que nunca se sabe su final, si servirán o no y dónde
y en qué sentido… La experiencia dice que más vale que sobre… que no andar
luego buscando aquello leído y no anotado ni registrado, ni ordenado…
Doy las gracias al
profesor Baltanás por este libro. En los últimos tiempos es el cuarto de los suyos
que leo… y me siento cómodo con su conversación.
Una sugerencia… Esa
letrita ya requiere personal que diquele más y mejor que servidor…, que ya va
para viejo. ¡Todo quizá no se puede tener! Eso sí: impecable impresión y una
sola errata que cacé. Muchas gracias, don Enrique.
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