10 de mayo de 2023

ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA-25



 

478-Baltanás, Enrique- 

LAS COLUMNAS DE HÉRCULES.

REALIDAD O INVENCIÓN DE ANDALUCÍA


Considero que el refranero atesora sabiduría contrastada por vía de experiencia y en él confío normalmente. “De sabios es rectificar”. Será. De momento estoy seguro de que me equivoqué y rectifico. Rectificar es de quien se equivoca. Escribí que había conocido a Enrique Baltanás en la Universidad de Navarra. Es erróneo. Debió ser a otro E. B.. La foto me hacía dudar, pero como “dentro de cien años… todos calvos”, pensé que sería su caso. No. Me equivoqué y le pido disculpas a él y a quien lo leyera. Lo siento.



Termino este libro al que le pega llamar librito por su extensión, pero no por su calidad. Cierto que está muy bien escrito, con desenfado, e incluso desorden estructural y temático. Da la impresión de que su autor lo fue pariendo al hilo de ocurrencias y algunos artículos sueltos que fue añadiendo, de lecturas, de meditaciones no intensas ni extensas ni profundas: ¡más bien al hilo o al bies, que diría mi costurera!

Para Baltanás, y estoy de acuerdo, eso de las esencias de Andalucía, el ser de Andalucía, lo andaluz esencial y distintivo y… ¡es pura pamema! Un invento. Lo comparto. Andalucía es muy grande y más lo es España y ahí me planto por no seguir. Los nacionalismos paletos de boina calada a rosca hasta las cejas solo promueven más nacionalismos y, por tanto, búsquedas de señales de identidad y calenturas que no soportan un cigarro y un café en tertulia recia y seria. Más bien calientan el ambiente en búsqueda de enemistades, malos modos, pegoletes, y algunos terminan en guerras de las que Dios nos libra.

He de reconocer que nunca me movió una fibra del alma ser de Jaén, de Andalucía ni español… salvo cuando juega la selección de fútbol, ¡que entonces sí me enciendo!. Me movía ser de las Protegidas cuando había peleas con otros patios, partidos de fútbol a los que llamábamos “desafíos” o había que defender como fuera los tirajitos para la lumbre de san Antón… ¡El resto me ha escurrido bastante!



Que Blas Infante es el padre de loquesea me parece muy bien y a seguir barajando. Las lecturas y la meditación reposada de lo leído me hablan de un buen hombre al que más movió el corazón, es decir: el sentir, que la razón. Que confundió como Baltanás -¡y van dos veces!- el paloduz con la cañaduz…, ¡cosa que le ocurre a cualquiera! Ni Andalucía es la morisma, ni Tartessos, ni Al-andalus… ni…

Para Baltanás, en resumen, “La Andalucía actual, la realmente existente, nació -por ponerle fecha- el día en que se promulgó su Estatuto de Autonomía. Andalucía es, sobre todo, su Estatuto. Y en el Estatuto están sus verdaderas y más activas (el pueblo se movilizó y votó) señas de identidad. Lo demás es historia, ensayo, lucubración. Es el Estatuto lo que más estrechamente nos une a los andaluces, donde radican las posibilidades de un futuro mejor, donde está marcado el plan de ruta de ese camino que hemos elegido recorrer juntos hacia el futuro. No hay más señas de identidad. Y todo lo demás son tópicos. O ganas de marear la perdiz”. Perdices pocas quedan e invertir tiempo en su mareo… es inútil. ¿De veras que nos unen o nos sueldan? Me parece bien que don Enrique esto opine. Para mí el Estatuto no deja de ser la muleta de unos gobernantes partidarios, interesados, en llevar diecisiete toros, un par de ellos toracos marrajos, a los corrales, sin cabestros, que son las bestias que más Derecho Administrativo saben en toda España. 

        Es posible que a algún lector le incomoden algunas salidas de tono, butades (me gusta más la definición de esta de María Moliner que la de la RAE), del autor, pero a mí no: las disfruto. No se debe olvidar que una salida bronca no suele ser acción, sino reacción. Cuando ya estás hasta sálvese la parte y no hay mollejón… ¡salta el tío! Ni Baltanás, ni servidor, que se suma, somos, entiendo, maleducados, pero tampoco nos interesa lo llamado “políticamente correcto” (no dejo de insistir sobre estos en sus orígenes de manipulación y mangoneo marxistas)… Así tampoco salen bien parados ni García Montero (no me interesó ni cuando por la Facultad de Granada andábamos), ni su amigo y compañero de cuerda, el ubetense-granaíno, Antonio Muñoz Molina, ambos hoy burgueses encaramados en el momio de la superestructura dominadora etcétera. Ni Isidoro Moreno, también de la misma cuerda ideológica marxista…: este se lleva despachado más de cuarto y mitad bien colmaíco… Donde las dan las toman (no lo recordaba al payo: lo he tenido que mirar en la red y ya sí… ¡claro!).

        La lectura de este libro viene al caso, relacionado con Alcalá Venceslada, como otros anteriores y de esta línea, en la que investigo la concepción, una caracterización, de Andalucía que tienen una serie de autores, muchos de ellos amigos que se conocieron en la Sevilla de principios del siglo XX, y que bebieron en el Ateneo sevillano de las fuentes, distintas, que manaban ese afán regionalista, nacionalista, andalucista, folclorista, flamenco… Demófilo, Rodríguez Marín, Guichot, Montoto, Cortines…

        Llegados a este punto. Pasada la raya del folio diré que este librito me ha resultado un libro sugerente que recomiendo con agrado. Le ayuda a uno a pensar, a meditar, supuestas evidencias que no lo son tanto como a algunos les interesa o querrían…

No hay comentarios:

Publicar un comentario