29 de marzo de 2021

441- Hadot, Pierre - SÓCRATES

 


Me gustaría saber más sobre Sócrates, mas me temo que habría que tener una formación de la que carezco. Hace muchos años leí un libro, que está en casa, y que deseo releer (aunque le temo a las relecturas) sobre el filósofo: Vida de Sócrates de Antonio Tovar; recuerdo esta obra como un libro excelente…, que leí en medio de muchos líos y se me oculta en una nebulosa. ¿Quién es Sócrates?

Hadot, en esta conferencia, pues de eso se trata la obra que comento: un libro compuesto por una conferencia, nos habla de la realidad mítica de un Sócrates evanescente que elude la aproximación digamos histórica… La filosofía parece estar vinculada a la aparición de un Sócrates del que nada tenemos escrito por su mano (la causa de ello la explica Hadot al hilo de otros asuntos en alguna de sus obras) y cuya muerte cambia simbólicamente el destino de la polis griega. Hadot se acerca a un Sócrates que inaugura el portalón de la filosofía: la interrogación del espíritu humano sobre sí mismo y sobre el sentido de su realidad, de su presencia en el mundo. Es Sócrates, el mismo y su actividad, una interrogación viviente, continua.

La experiencia socrática en particular muestra una actividad, experiencia mística interior, que responde a la voz del “daimon”, esa conciencia moral, ese espíritu que conduce a Sócrates hacia el bien. El filósofo no es aquel que escribe o habla sobre la vida del hombre, su felicidad, la moral… no: el filósofo es quien tiene un vivir filosófico, quien lucha por adquirir una vida lograda que le lleva a la dignidad vital, sin temor a la muerte, lejos de los vicios y acariciando las virtudes, buscando la verdadera felicidad... El filósofo nunca será feliz del todo, porque nadie es feliz antes de la muerte (Nemo ante mortem beatus); es por ello que su búsqueda no cesa, su afán no ceja. “La tarea de Sócrates, la que le ha sido confiada, dice la APOLOGÍA, por el Oráculo de Delfos, es decir, en último término por el dios Apolo, será la de hacer tomar conciencia a los otros de su propio no-saber, de su nosabiduría”: el hombre es el perfeccionador perfeccionable (Polo). Es por ello que todo filósofo auténtico, y esto insiste mucho Hadot en sus obras, debe más bien pensar desde una cierta perspectiva y actuar para perseguir y conseguir las virtudes, la perfección y tender de continuo hacia ellas.

Hadot insiste, y esto es muy significativo, que: “el no-saber y el saber (socráticos) hacen referencia no a conceptos, sino a valores (...) Sócrates no sabe nada sobre la muerte porque escapa a su poder, porque la experiencia de su propia muerte se le escapa por definición. Pero sabe el valor de la acción moral y de la intención moral porque dependen de su elección, de su decisión, de su implicación...”: “El contenido del saber socrático es, en lo esencial ‘el valor absoluto de la intención moral’ y la certeza que produce la elección de tal valor”. “Se puede decir, en efecto, que un valor es absoluto para un hombre cuando está dispuesto a morir por ese valor”.



Sócrates y mi ignorancia, mi afán por conocer para ser mejor, porque solo la sabiduría, letrado o no, es camino de santidad.

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