Me gustaría saber más sobre Sócrates, mas me temo que habría que tener una formación de la que carezco. Hace muchos años leí un libro, que está en casa, y que deseo releer (aunque le temo a las relecturas) sobre el filósofo: Vida de Sócrates de Antonio Tovar; recuerdo esta obra como un libro excelente…, que leí en medio de muchos líos y se me oculta en una nebulosa. ¿Quién es Sócrates?
Hadot, en esta conferencia, pues de
eso se trata la obra que comento: un libro compuesto por una conferencia, nos
habla de la realidad mítica de un Sócrates evanescente que elude la
aproximación digamos histórica… La filosofía parece estar vinculada a la
aparición de un Sócrates del que nada tenemos escrito por su mano (la causa de
ello la explica Hadot al hilo de otros asuntos en alguna de sus obras) y cuya
muerte cambia simbólicamente el destino de la polis griega. Hadot se acerca a
un Sócrates que inaugura el portalón de la filosofía: la interrogación del
espíritu humano sobre sí mismo y sobre el sentido de su realidad, de su
presencia en el mundo. Es Sócrates, el mismo y su actividad, una interrogación
viviente, continua.
La experiencia socrática en particular
muestra una actividad, experiencia mística interior, que responde a la voz del
“daimon”, esa conciencia moral, ese espíritu que conduce a Sócrates hacia el bien.
El filósofo no es aquel que escribe o habla sobre la vida del hombre, su
felicidad, la moral… no: el filósofo es quien tiene un vivir filosófico, quien
lucha por adquirir una vida lograda que le lleva a la dignidad vital, sin temor
a la muerte, lejos de los vicios y acariciando las virtudes, buscando la
verdadera felicidad... El filósofo nunca será feliz del todo, porque nadie es
feliz antes de la muerte (Nemo
ante mortem beatus); es por ello que su búsqueda no cesa, su afán no ceja. “La tarea de
Sócrates, la que le ha sido confiada, dice la APOLOGÍA, por el Oráculo de
Delfos, es decir, en último término por el dios Apolo, será la de hacer tomar
conciencia a los otros de su propio no-saber, de su nosabiduría”: el hombre es
el perfeccionador perfeccionable (Polo). Es por ello que todo filósofo
auténtico, y esto insiste mucho Hadot en sus obras, debe más bien pensar desde
una cierta perspectiva y actuar para perseguir y conseguir las virtudes, la
perfección y tender de continuo hacia ellas.
Hadot insiste, y
esto es muy significativo, que: “el no-saber y el saber (socráticos) hacen
referencia no a conceptos, sino a valores (...) Sócrates no sabe nada sobre la
muerte porque escapa a su poder, porque la experiencia de su propia muerte se
le escapa por definición. Pero sabe el valor de la acción moral y de la
intención moral porque dependen de su elección, de su decisión, de su
implicación...”: “El contenido del saber socrático es, en lo esencial ‘el valor
absoluto de la intención moral’ y la certeza que produce la elección de tal
valor”. “Se puede decir, en efecto, que un valor es absoluto para un hombre
cuando está dispuesto a morir por ese valor”.
Sócrates y mi
ignorancia, mi afán por conocer para ser mejor, porque solo la sabiduría,
letrado o no, es camino de santidad.
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