Ni profeta ni hijo de profeta.
Cuando a uno le blanquean las sienes y la barba, no es que haya tenido muchos
disgustos, que además es posible, pero, sobre todo, como Quevedo escribía, que las
canas son hijas de los años que no de las aflicciones del valle de lágrimas. Ya
digo, el hijo de mi madre, no es profeta, pero va teniendo muchos años y más
ferias que el látigo.
Escribí en julio del año pasado
que Juana Rivas sería indultada y eso leo hoy que solicita su abogado porque no hay más salida que la cárcel o pedir el indulto.
El mamarracho de asesora que tuvo la mandó al hoyo: igual esta tenía menos
papeles que una liebre, como ahora denuncian desde VOX y desde el susanismo
tapan.
El caso de Juana Rivas me
interesaba por muchos motivos, pero sobre todo porque era otro síntoma más de
lo que nos pasa hoy en todos los ámbitos: a mí me preocupa el moral y el ético
que afectan a diario a todos y a nuestra felicidad. Juana Rivas, como Torra,
Pedro Sánchez y mis alumnos padecen, y a mí me afecta, una epidemia que, los
sabios que en mundo son, han llamado relativismo, irracionalismo, venga de la
mano de quien venga: de la postmodernidad o del idealismo.
Leo estos días un artículo de
Álvaro Delgado-Gal y, algún otro libro sobre todo esto que me preocupa, y de
ahí parto. Las ideas mueven el mundo: no lo dude. Las ideas se imponen, aunque es cierto que, como algunas
bolas de beisbol, son lentas, pero llegan y penetran y ganan partidos. La idea de que la realidad no existe no es de ayer y, aunque la inmensa mayoría lo ignore, la usa como moneda de
cambio a diario en sus quehaceres y sus vivires y pensares. La realidad la crea y modela
mi pensamiento, es por ello, que debe acomodarse y adaptarse a mis prejuicios,
a mis premisas e instalarse en las estanterías que he creado para ella. Por
supuesto, lo que dicen los demás, incluida la Ciencia, con mayúscula, o quienes
saben… parten siempre de intereses creados, pues no hay un discurso que alcance a ser racional: tras toda
argumentación no se busca la verdad, sino mi interés, tras él hay una voluntad
de poder, dicen. Todo ello lleva a la ruptura de un posible acuerdo: ¿cómo
negociar lo mejor si esto no existe, la verdad se ha volatilizado, la razón
huyó…? La lógica que nos podría conducir la hemos roto. Todo el marco donde poder
discutir SE DIFUMINA, pues es fruto de valores dominantes, superados, pasados y
unidos a posiciones de privilegio, creados por los poderosos: no hay valores,
¡han desaparecido! (?), ellos con la realidad se han esfumado ante nuestros
ojos: ¿Dónde habrán ido? Hemos perdido el Everest no sabemos cómo, y Logroño
-ay qué coño- ya no existe…
Vuelvo por mis pasos: Juana Rivas
pensó como piensan Torra y Junqueras y Puigdemont, como el tipo que le pega a
su médico de cabecera, como el niño que agrede a su madre o a su profesora, como
el quídam que pega o mata a la pareja, como el conductor suicida que circula en
sentido contrario o por la izquierda en España o adelanta en línea continua o
viola a la chica que es de su agrado, ¡porque le gusta!, ¡porque quiere!,
¡porque le sale! ¿La Ley? Insisto la realidad la creo yo y las leyes que la
rigen también y la convivencia entre las personas más de lo mismo y las que
ustedes exponen, dicen, etc. esas no son mis leyes porque no
son mi verdad… ¿O es que no va a respetar usted mi opinión
y mi libertad de acción y expresión? ¿Acaso no puedo ser una mujer, siendo un
hombre? ¿Por qué soportar a la vieja de mi madre si yo quiero, si ella quiere,
que la eutanasien? Quien esto
desea hacer no comprende que hace más inhabitable el mundo donde vivimos. El
problema principal del mundo no es la polución, ni el calentamiento, ni el plástico, ni las ballenas que se mueren, que también, pero…
el problema trascendental es el mal y quienes lo propalan: el aborto, la
eutanasia, la mentira, el egoísmo, la codicia…
Juana Rivas, como todos los demás, como todo lo demás, son síntomas de una
patología cuya etiología, cuyo origen, es más grave. Rivas es el granito que
anuncia el cáncer quizá incurable. Quien asesoró a Juana Rivas contaba con
muchas mujeres, y hombres, en su pueblo que decían que Juana, la Juana Rivas del
Arco de Maracena, por donde se pasaba la Ley, estaba en su casa: “Juana está en mi casa” y “Yo soy Juana Rivas”. Un pequeño grano, apenas
insignificante. La realidad debe amoldarse a mí, la Ley la violamos nosotros a
nuestro gusto y parecer, ¿qué tienen que decir los demás en esto que es
nuestro? ¿Qué tienen que juzgar los jueces? ¿Usted qué coño dice, señoría?
Sigo pensando lo mismo que pensé
en julio de 2018: Y esta mujer se irá a casa porque se le concederá un indulto,
¡qué penita de pobre mujer atosigada por leyes creadas por hombres! ¡Qué dura
la realidad que nos constriñe! Viva el feminismo de género… Muerte al macho
alfa, fascista y violador creador de leyes que debemos derribar porque nos
oprimen. ¡Viva la libertad!, ¿o no?
Muy buena reflexión.
ResponderEliminarMuchas gracias. Hubo quien por esta entrada me echó la cruz y me ha pedido que deje de enviarle correos, de ahí el comentario de abajo. Le agradezco sus ánimos, que nunca están de más ni sobran. Muchas gracias.
EliminarLamento profundamente que quienes se sienten ofendidos de una opinión, la mía (los demás debemos callar y respetar las suyas), dejen de leer este blog: en su perfecto derecho están de cerrar los ojos a la realidad que se muestra dura y cruel e imbatible. Que cada caminante siga su camino.
ResponderEliminarSi lamento esto, más aún lamento tener razón con la noticia que leí ayer… y hoy se halla en todos los periódicos. Creo que una vez más, es un error de cálculo de estas señora por el poder que se ha otorgado desde la Justicia a las reclamaciones de las feministas de género, que consideran que por ser mujeres todo el campo es orégano y no hay más lindes que las de sus caprichos. Lo siento por el martirio de esta progresista (?) a sus hijos…, quiera Dios que no sea irreversible.
Insisto, ni profeta, ni hijo de profeta:
https://www.elmundo.es/espana/2019/04/02/5ca25602fdddffe6138b46cb.html
VALE.
Les ruego que me perdonen por mi insitencia, pero la realidad es muy muy testaruda. Lo lamento por quienes me tacharon, supongo, de fascista, machista, etc., https://www.elmundo.es/andalucia/2019/04/11/5cae11f6fc6c8357168b4576.html
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