Querido charlie:
Me encanta cierto barroquismo culterano…, pero nos
perdemos. Había escrito un primer párrafo magnífico -con perdón- enlazando
citas… Vamos, sin embargo, charlie, a escribir, o intentarlo, sin adornos.
Empiezo.
Decía Gidé que “Todo está dicho, pero como nadie
escucha es preciso comenzar de nuevo, continuamente”. Es decir: un auténtico
coñazo. Algunos, muchos, son tontos de nacimiento; otros sordos, pero quien no
aprende nunca es quien no quiere aprender, como es el caso de la vicepresidenta
de mi Gobierno (el otro día no sé dónde escribí ministra de cultura), doña
Carmen Calvo que es tonta desde que sus padres estaban novios… La verdad es que,
con el tiempo, no se cambia: se mejora si se intenta con tenacidad hacia lo
mejor, pero esta señora, ya digo, era tonta cuando se encargaba, supuestamente,
de cultura y sigue siéndolo con la vicepresidencia.
Dice doña Carmen que ella, con o sin la Real Academia
de la Lengua, porque se la pasa por el forro de sus caprichos, va a reescribir
en lenguaje “inclusivo” la Constitución y para ello empleará, supongo, a
algunos paniaguados de su cuerda para la labor. Eso sí me gusta, ves charlie: esta
izquierda nuestra, ¡siempre!, desde que entró en el primer Gobierno de Felipe
en España -en Andalucía llevan más de mi media vida-, hacen lo que LES SALE DE
SUS CAPRICHOS. Ellos van al trapo rojo de sus neurosis: Franco, contra la
libertad de enseñanza, aumentar el gasto, subir los impuestos, el mundo gay… y
van derechitos, sin importarles un pito el qué dirán. Ahí tienes, charlie, a mi
Carmen Calvo… ¡Que le brota a ella cambiar los géneros en la Constitución del
78!... ¿Que los de la RAE no le ayudan? Se la pela…, charlie. Es lo que hay. Ni
votaciones, ni acuerdos, ni conocimientos, ni… ¡que se cambia y marchando!
Mi problema ahora, charlie, que le diría yo a esta
señora, es el siguiente. Como ella ignora y tú sabes, yo soy profesor de Lengua
desde hace también más de media vida… creo que vamos para el curso 36 dando
clases de la materia. Lo que planteo es lo siguiente: si el género no marcado,
que es como se llama, doña Carmen, es el masculino y usted dice que nones, es
decir: «hay que ir cambiando cosas», pero lo hacemos así, del tirón. Perfecto.
Ya me dirá usted qué pinto yo enseñando si algún alumno me dijera que el CD
modifica al sujeto o que la puta Celestina escribió la segunda parte de El Quijote
o que “el autor de El Lazarillo fue un tal Anónimo que había escrito muchos libros
y que estaba una tarde aburridillo porque no tenía cobertura su móvil y se cuajó
un novelón picaresco que para qué las prisas…”. Eso en mi asignatura, pero y si
en Latín alguna alumna la coge con el nominativo, el acusativo… y empieza a
llamar a los casos nominativa, acusativa, genitiva, dativa y ablativa… ¡eso si
no le pone su h hasta la bola!: hablativa… ¿Quién es el guapo que la apea de la
burra si argumenta que otro tanto hizo la iletrada de la vicepresidenta y que
si ella va a ser menos? ¿O por qué no decir que las provincias andaluzas son
nueve y se anexiona el ignaro discente a Murcia, por poner un poner? ¿O dice
que él no estudia a Ortega porque es un gilipollas con dos apellidos que se
creía muy listo y en realidad eran dos, el Ortega y el Gasset? Y acude al mismo
argumento de autoridad que la niña de las nominativas…
Doña Carmen, lo siento: no sé qué es lo correcto,
no sé qué debo hacer, cuando usted hace de la Gramática un cajón de sastre, caprichoso,
arbitrario, relativo a nada. Si usted por decreto visceral, vaginal o como se
llame es capaz de cambiar el género marcado… ¿por qué no la Sintaxis en su
conjunto o la Ortografía o…? ¿Qué se lo impide? ¿Qué le parecería si a los de
su pueblo, los egabrenses, los llamaran, quien fuera, por el mismo razonamiento
que traemos…, cabrones? A mí me da igual, pues siempre es tiempo de cambiar…
Muy señora mía, usted no tiene ni puta idea de lo
que está haciendo, es una ignorante y un troncho en el camino que, como no
tiene nada mejor que hacer, se dedica a hacer lo propio del tonto… ¡y de la
tonta!: tonterías, señora vicepresidenta… (¿por qué no llamarla
vicepresidento?). Lo escribió Gidé y lo repitió otro francés por boca de su
principito: “Todas las personas mayores han sido niños antes. (Pero pocas lo
recuerdan) […] Las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas y es agotador
para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones”. Señoro Vicepresidento
usted no es tonta por mayor, sino porque le pone mucho empeño, desparpajo y
desprecio desvergonzado a su cátedra de tontería. ¿A usted no le da vergüenza?
¿Me quiere decir qué hago yo un 18 de julio preparando clases para el curso que
viene cuando usted hace y dice que se haga y se diga como le brote?...
Tucho
Castelo.
Verbigracia de paniaguado... GARCÍA MONTERO, poeta, profesor en una Facultad donde aún, hace años me decía un colega suyo: "¡Imagínate el nivel! Fulano tiene un cuadro del Che en el despacho"... ¡García Montero! Qué poderoso caballero sigue siendo don Dinero: DIRECTOR DEL CERVANTES...ttps://www.abc.es/cultura/abci-garcia-montero-sobre-encargo-gobierno-lenguaje-cosa-viva-y-no-puede-establecer-nada-decreto-201807211245_noticia.html Precisamente porque ninguna realidad puede ser regulada por DECRETO, feo está que este GOBIERNO, por el DECRETO DE SUS SANTOS COJONES, nos ponga a decir gilipollas y gilipollos, lilas y lilos... ¡¡Qué vergüenza, Montero!!, y que tengamos que enseñarlo, por DECRETO, en las aulas... Sigo oyendo a Paco Ibáñez cantar a Quevedo: "Poderoso caballero, es don don don, es don Dinero".
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