22 de junio de 2023

395-CHARLIE-SALIDA-ESCULTURA DE MIGUEL HERNÁNCEZ EN EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

 

¡Ay charlie!, he de contarte una pena que sale en quejío… ¡Ya sé qué dijo don Miguel… de Unamuno que: “la queja mata el contento”!, pero hay realidades ineludibles, necesarias y de las que callar sería más que dejación, cobardía. Te explico.

Me desagrada abordar el asunto del que me ocupo, te digo, porque estoy convencido de que hay realidades que cuanto más se airean más y más y peor huelen. Tengo a su vez la convicción de que la verdad no ofende, ay faraón: eso lo inventó quien era muy amigo de Platón y no tanto de ella. Y quiero mostrar mi desacuerdo y la contrariedad que siento: lo creo un deber ciudadano. Jindama sería recular.

Hace unas entradas comenté aquí que, por casualidad pura, se muera papa, en una visita al Santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar, al que está especialmente imbricada la historia de mi familia, ¡tú sabes!, me sorprendió una escultura de Miguel Hernández “en el poblado del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, […] que pasará a los anales de la historia, porque el mundo de la cultura y del arte alcanzaron lo sublime en la zona”, según JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ[1], autor de semejante hiperbólica loa, ¡menudo sahumerio!, de quien tomo la noticia. Ignoraba esplendente hecho. También nos informa el plumilla del título de la obra escultórica de Pedro Quesada, bastante explícito, por otra parte: “Miguel Hernández inspirándose en el paisaje olivar para su poema 'Aceituneros' y brotando de las hojas de su cuaderno una rama de olivo”. Añade que dijo en el “acto el concejal de Cultura, Juan Francisco Cazalilla, «la poesía que engendró en estos riscos trató de arrojar luz en aquellos tiempos tan oscuros y se acercó a las clases más desfavorecidas», espetó el concejal de Cultura”. ¡Mira, espetó, ahí en na! Y concluyo citando unas palabras del alcalde, que tampoco se quedó corto en su apología: “Pedro Luis Rodríguez, se congratuló que desde el municipio se ensalzara a una de las figuras principales de la literatura del siglo XX y se recordara su paso por el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza durante la cruenta Guerra Civil”, ¡ay mira qué detalle!



A mí, sin embargo, y sin ningún respeto por estas ridículas excusas, necedades explícitas aparte, me parece una memez catedralicia poner una escultura de un primo que la última vez que estuvo allí solo fue como parte de los contendientes de una guerra y, por tanto, a hacerla con las armas de que dispuso: entiendo, por lo que sé, de un fúsil, pues no llevaba su lapicillo al frente; los artículos los escribía después, según contó. Colocar una escultura de Hernández justo ahí es como mentar la soga en casa del ahorcado; es un trágala más de estos renovados tiempos de exacerbación reverdecida del odio y la inquina; es un acto más de exaltación de los santos de la izquierda… ¿Y no está ya bien -me pregunto- de expandir, fomentar y publicitar el odio, el rencor, la rabia… de algo que ocurrió hace ya casi ¡cien años!?


¿Sabe usted cuántos días estuvo Miguel Hernández en Jaén, insisto, en Jaén, no en el Santuario? Calculo que menos de 100 días… ¡ni tres meses! Hernández no vino a Jaén en son de paz, sino con un altavoz desde el que expandir y fomentar la guerra. Hernández, como los comunistas madrileños, también, el tiempo que vivió en Jaén, lo hizo en un palacio requisado: no les bastaba con un piso, con unos pisos, con una casa o una chabola. Alberti y su troupe de camaradas pasaron la guerra en Madrid en el palacio de los Heredia-Spínola de donde, por cierto, se llevaron cuanto de valor hallaron, pero esa es otra guerra. Mientras Hernández vivía en un palacio requisado de la calle Llana de Jaén, mi abuelo, que vivía en su propia casa, en esa misma calle, estaba encarcelado acusado por “desafecto al régimen”, como mi abuela, también encarcelada: ciertamente ellos no eran comunistas como Hernández…, ni hacían la guerra, pero los mostraban cavando refugios, para que el pueblo (?) pudiera verlos y humillarlos, recibiendo las burlas de quienes los veían…

Desde donde han sentado esculpido a Miguel se ven, me temo, más pinos que olivos, si es que se ve alguno; las grandes figuras de la literatura que han pasado algún rato, como Hernández, por el Santuario…, y no para hacer la guerra, son muchas, entre ellas otro Miguel, el de Cervantes que estuvo allí a finales del siglo XVI y a ninguno se le erigió una escultura y Jaén les debe mucho más que a Miguel Hernández…, por ejemplo. ¿De qué nos quieren convencer? ¿Qué trola nos están colocando? ¿A qué vienen estas groseras excusas?

Me doy una vuelta por los artículos que escribió Hernández para la prensa comunista, Altavoz del frente, que lo envió como comisario político, cultural y poeta-cabrero (?), animador del frente sur, para dar su “peculiar visión sobre la toma del Santuario de la Virgen de la Cabeza”, como afirma Maroto García.

Los dos artículos de Hernández dedicados a la toma del Santuario son: La rendición de la Cabeza y Los traidores del Santuario de la Cabeza, ambos publicados en mayo de 1937, los días 5 y 13 respectivamente en el citado periódico comunista, Altavoz del frente. También puede hallarse en este una carta de Hernández en respuesta a un camarada que rectifica los errores de Hernández al narrar la toma del Santuario, Sobre la toma de la Cabeza. Carta y aclaración. (La carta del camarada Celdrán está fechada en Andújar el 7 de mayo de 1937 y la de Hernández, publicada en la misma página y a continuación, sin fecha).

En ambos artículos, y en la carta, domina el emotivismo en una redacción precaria en lo formal y el maniqueísmo en el contenido. Es lógico que quien lucha en una de las partes voluntaria e ideológicamente implicado, como es el caso de Miguel Hernández, piense que está de parte de quienes tienen razón y la verdad, siendo él y los suyos, “los buenos”. No hay que aclarar quiénes son los malos. Escribe por ejemplo que “Su cráneo aglobado, y sus rasgos, curvos hacia dentro, lo delatan como un hombre feroz, rapaz y mezquino”, como se comprenderá esta prosopografía, además de poco afortunada, el lector, por su contenido, seguro que acierta a quién corresponde: al capitán Cortés, a quien curiosamente, según el mismo Hernández cuenta que vio llevándoselo en una camilla porque: “ha sido herido en el vientre, al intentar impedir la salida del sótano a las mujeres, por el último morterazo. Esto me dijo un compañero señalándome la carretera por donde cuatro camilleros se alejaban. Sentía yo más avidez de enfrentarme con las mujeres y los niños que de ver al siniestro cabecilla”: es curiosa la descripción de quien apenas ve… y, además, desde lejos. Es lógico que un periódico de combate en medio de una guerra ensalce lo propio y ridiculice lo ajeno… Los nuestros son héroes, no así los hay entre los otros; los nuestros carecen de medios, pero les sobra moral de victoria y razón, mientras los otros han sido arrastrados por la burguesía y la Iglesia y soportan obligados y de mal grado su penosa situación; unos, los buenos, los nuestros, apenas tienen armas y los otros, los profesionales, los malos, tienen excelentes medios y armamento, pero son vencidos…

Foto de Miguel Hernández en el Santuario de la Cabeza.

Tercero por la derecha.
                                        

Miguel Hernández, el poeta necesario, que dijo Buero no tuvo buen tino al elegir el bando que ya mostraba allí donde su ideología se había impuesto, en Rusia, su peor y más feroz rostro (de allí vino él desalentado por lo visto en el paraíso comunista). Tampoco manifestaba amable faz esa ideología en la España que deseaban que caminara por aquella senda… Hernández no fue al Cabezo a rezar a la Virgen ni en son de paz ni a pedir por ella… y, entiendo, que la escultura erigida ahí, donde la vi, es una afrenta innecesaria en frío, como las venganzas repudiables. ¿No se quitan -con razón muchas veces- los símbolos de los otros? ¿Por qué ponemos estatuas de los nuestros que regeneran el odio? Sinceramente creo que carece de razón verdadera y sensata y un error haber puesto esa hermosa escultura del poeta de Orihuela ahí. 








[1] Ideal, 1 de abril 2023, https://andujar.ideal.es/estatua-recordara-posteridad-20230401194915-nt.html.

No hay comentarios:

Publicar un comentario