Querido Charlie:
Es curioso cómo la
inventiva, la imaginación arma sus espartillos para conformar un artículo, una
entrada del blog o un poema…
Estoy a menos de 500
metros de donde vivió en Jaén el poeta pastor, Miguel Hernández, cuando
estuvo en Jaén. Lo hizo en una hermosa casa de la calle Llana, calle céntrica y
distinguida entonces de la ciudad. El poeta, casi es innecesario repetirlo,
vino a Jaén como responsable de información del Gobierno, durante la Guerra
Civil, destinado en el frente de Jaén como comisario de cultura para dirigir el
periódico Altavoz del Frente Sur, etc.
Por razón de la
investigación que realizo sobre Alcalá Venceslada, trabajo el libro de Enrique
Baltanás, Los Machado. Una familia. Dos siglos de cultura española. ¡Y
el libro no está a 500 metros!: lo tengo en un atril a menos de diez
centímetros. ¿¡Cuántas veces no habré explicado, contado, etc. que Antonio
Machado fue obligado a abandonar Madrid durante la guerra -obvio fechas
y circunstancias menores- y fue llevado por León Felipe y Alberti a una
casa de Rocafort en Valencia!? Cientos de veces, seguro… Leí los poemas allí nacidos;
sin embargo, por lo escrito en el primer párrafo de la entrada, hoy, san Martín
de Porres, a menos de 500 metros de donde vivió Hernández… me ha dado el
capricho de averiguar dónde vivió León Felipe en el Madrid de la guerra… Descubro
que lo hizo con Alberti en Madrid, ¡y este y María Teresa León sí sé dónde
vivían! No recuerdo habérselo leído al poeta gaditano, sino haberlo aprendido
en alguna explicación recibida, en algún libro sobre él… Nunca paré mientes en
la casa del Machado en Rocafort ni tampoco me detuve demasiado en el palacio
que ocuparon Alberti, María Teresa León, León Felipe… y Emilio Prados y Hemingway
y Dos Passos y Neruda y Buero
Vallejo y Huidobro… en Madrid: insisto el palacio de los condes de Heredia Spínola y lo
usaron también como sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas:
obvio detalles sobre las actividades de algunos de ellos en las chekas, su juergas allí, unas colecciones de
monedas de oro esfumadas del palacio…, etc. Supongo que la memoria histórica
se encargará de esclarecer estos detalles, negro sobre rojo.
Ya en los líos que la imaginación y el afán por aprender suelen meterme y no sin cierta curiosidad malsana, Charlie, lo reconozco, busco la casa en que vivió Machado en Valencia. Nunca me ocupé de verlo: “un chalé dije yo en mis explicaciones” y así era… ¡pero tampoco era un chalé cualquiera!, Villa Amparo, corto y pego “es una de las casas más singulares de Valencia. Lo es por su decoración exterior, en tonos amarillos y verdes, su arquitectura y su historia. Este chalé de Rocafort fue la casa del poeta Antonio Machado entre 1936 y 1938, en plena Guerra Civil”. Ya no me paro en barras, Charlie, y sigo a mi pieza…
Tampoco nunca me dediqué a averiguar dónde residió el poeta sevillano en Barcelona: me voy siguiendo la pista de Machado camino de Francia y descubro que en la capital catalana ocuparon dos habitaciones en el hotel Majestic -una suite, dicen algunos- y tras dos semanas en estas, los Machado se trasladaron, en mayo del 1938, del Eixample hasta Sant Gervasi; aquí ocupan la Torre de Castanyer, incautada por la Generalitat. Esta torre era un palacete rodeado de jardines…
Es curioso que estas
personas de origen en ocasiones muy humilde, en circunstancias tan extremas
como es una guerra, todos ellos muy de izquierdas -muchos de ellos del PCE-,
muy marxistas, curiosamente no ocupan casas de los arrabales allí donde se
establecen como nuevos señoritos de la situación. No viven en casas modestas
como las conocidas en su infancia, su juventud, su vida adulta… No habitan
casas que ellos se ganaran con el sudor de su frente o sus plumas y sus
máquinas de escribir, sino que eligen lugares de privilegio, esos espacios
ocupados por burgueses y aristócratas que gozaban de posiciones excelentes por
abuso de sus capacidades económicas, de poder, etc.
Es curioso cómo la
inventiva, la imaginación arma sus espartillos para conformar un artículo, una
entrada del blog o un poema… Pues me quedo a quinientos metros de los palacios
y palacetes y converso con san Martín de Porres, fray escoba.
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