1 de julio de 2020

La “nueva normalidad” (?): ¿la eclosión de un mundo distinto? (PARTE IV de IV)



Novedad indiscutible durante la pandemia es que los medios informáticos se han mostrado como opciones urgentes, válidas y saludables (?) para trabajar, aprender, comunicarnos, aunque sea en frío. Internet no es solo la red, sino el gran agujero por el que podernos colar, entrar y salir, para reunirnos, compartir un aperitivo o una comida y unas bebidas reales… en la distancia. No disponemos todos de los mejores medios informáticos, pero, no siendo estos muchos ni muy caros, los necesarios abrirán más aún la sima infranqueable entre quienes tienen y pueden y aquellos que no tienen ni pueden ni alcanzan… Estos seguirán condenados a los trabajos más serviles, trabajos manuales, mal pagados, con horarios prolongados… Es la llamada brecha digital: la puerta del cielo de los poderosos de este mundo por la que no pasaran los marginados y excluidos del sistema. Antes de la plaga no era tan visible y manifiesta la quiebra entre quienes disponían de varios ordenadores, flamantes fibras ópticas por donde la información viaja a velocidades endiabladas y quienes no disponen de todo ello e ignoran su manejo. Estos, los pobres, los aherrojados de los bienes de la tierra, quienes carecen de medios, “los humildes”, es decir: todos aquellos que no tienen dinero, ni poder alguno ni dónde caerse muertos… vagan zombis por la existencia, como aquel soldado del soneto del Dante que yendo en apariencia vivo, andando, ignoraba que iba muerto…


En España, de nuevo, más que nunca innecesaria es toda investigación que certifique su división en dos mitades enemigas que aspiran a laminarse… Se acabó el mito de las dos Españas y pasó, una vez más, a evidencia sangrante, babeante, rabiosa. Ni siquiera hay ya quien reclame que las evidencias se demuestren: ¡si serán memos! Ahora, si alguien es de eso que llaman izquierdas será encuadrado entre “los individuos, los grupos, las asociaciones que altruistamente se implican en la vida social, política y cultural de la nación” y siempre se sobreentiende, es tácito e indiscutible, que lo hacen con medios y fines limpios, claros, benévolos, generosos y en pro del bien común y en particular de los más necesitados (aunque rara vez dispongan para los demás sus propios medios: ¡los suyos propios!). Si otro andoba es encuadrado en las llamadas derechas, fachas, fascistas, ultras… hacen otro tanto de su postura personal, intelectual, social, etc. y siempre “tienen vivos intereses oscuros; buscan claros beneficios particulares so capa de servicio a los demás y sus fines son sucios como alma de pirata, torticeros y encaminados a conseguir prebendas económicas, posiciones de dominio cuyo fin es hacerse con el poder y ellos más ricos, etc.”. Si se es de izquierdas se está comprometido con el bien y se vive del dulce néctar de culturas “sucesivas, de genuinas olas de intelectuales comprometidos que destilan una cultura y un saber acendrado, limpio, inteligente y científico al servicio de lo público de la vida pública del país: todo ello bendito y virginal como alma de novicia”; si el menda es de derechas, nunca se está comprometido, sino maquinando y al acecho con alicortas y rastreas intenciones y sin más que los propios intereses particulares, personales, económicos, etc. Esto es lo que hay, ¡o no! Ahora, como siempre, con otro fulgor no es oro todo lo que parece.

Voy cerrando. Lo que durante siglos fueron juegos de ideas de esos hombres, a veces, ocurrentes, razonadores, otras, a los que llaman filósofos… se han convertido en realidades impuestas y cotidianas: en tres meses han tomado cuerpo en el primer mundo. Y es que ya se sabe que las ideas son las que mueven el mundo… ¡Eso decimos los pobres!

Todo lo aquí expuesto puede ser verdad o mentira, que tanto da una realidad como otra, pues si al cambio el bien vale lo que el mal, es porque el mal vale tanto como el bien y, por tanto, todo no vale una higa: lo escribió don Gonzalo, natural de un pequeño villorrio cercano a san Millán de la Cogolla, llamado Berceo… “Mester traigo fermoso”, y si no le gusta, ya ve… Dé por conclusa la lectura… “debeísme cuanto escribo”, con vieja ortografía, que escribió el poeta sevillano don Antonio Machado que gloria haya.

Llegados a este punto, juntado todo lo escrito arriba, se concluye que no es posible la mejora porque no hay mejora posible: todo está bien, no hay mejor y malo, peor o bueno... La crítica no tiene cabida. La corrección es imposible: si afirmo que Londres es la capital de Francia y no hay modo de convencerme del error…: no hay arreglo, ni tengo por qué pedir perdón: es opinable mi afirmación. Quizá tosco y grosero el ejemplo, pero también lo parecería, de no ser verdad, que Trump afirmó que beber lejía es bueno contra el coronavirus… ¿no es grosera la afirmación siendo real? ¡Ah, y no se enfaden con el poder! Este como los gases tienden a quererlo invadir todo: no hay espacio al que no llegue; y no se olviden: so capa de ideologías o macanas… siempre estará el negocio; no es nada personal.



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