29 de febrero de 2020

COMENTARIO- 09


Tamara Falcó: «Ojalá Dios me ponga al hombre correcto»

No diré yo con náusea sartriana que el hombre se halla condenado a su libertad… Amo demasiado la libertad como para decir algo así que solo podía decir alguien de izquierdas como Sartre, pero me temo que la señorita Falcó Preysler, rica por su casa, cae en el pietismo infantil de que le den hecho lo que ella, desde la libertad que Dios le otorgó, debe hacer: elegir. Esto no es  como pedirle a la doncella otro juego de toallas, señorita, con todo respeto: va usted, y elige con libertad a su novio, y se hace responsable de ello: esto no es una tómbola.

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