2 de marzo de 2020

COMENTARIO 04- RECTIFICACIÓN POR SENTENCIA Y COMENTARIO AL HILO.


Willy Toledo, ante la juez: “No tenía interés en ofender a los católicos”
Ni yo a ti ni a tu madre ni a tu padre cuando me cagué en ellos en un toma y daca muy español. El problema es que la buena intención no basta, ni la tuya ni la mía. IM-BÉ-CIL. IG-NO-RAN-TE. ¿No tienes otro medio para salir en los papeles que este? Nadie es capaz de decir cuál fue tu último trabajo ¡actorazo!, pero sí la última vez que fuiste a los juzgados por tus insultos y blasfemias… ¡Pobretico!


SENTENCIA


“El actor Willy Toledo no ofendió los sentimientos religiosos cuando publicó en Facebook dos posts donde se cagaba en Dios y en la Virgen. Así lo ha decretado la responsable del Juzgado de lo Penal número 26 de Madrid, Sonia Agudo Torrijos, que ha absuelto al actor de los delitos de los que le acusaba la Asociación de Abogados Cristianos, que le llevó a juicio y pedía para el intérprete una pena de 22 meses de multa. La magistrada reconoce “la falta de educación, el mal gusto y el lenguaje soez utilizado por el acusado”, pero insiste en que este estilo que “caracteriza sus publicaciones” no acredita que haya incurrido en un delito” (EL PAÍS, Madrid - 29 FEB 2020 - 19:52CET).

POBRE RECURSO DEL POBRE: EL PATALEO EN LA PLATEA.

Yo, señoría, con su venia, y en una línea soez de expresión y pensamiento parecido, por lo escatológico, me cago en la puta madre de don Guillermo Toledo -¡verá usted que soy de casa bien por ese detalle de urbanidad! No le pierda ojo al “don”-, que seguro será una santa -no sé si usted, señoría, pero seguro que sí la madre de don Guillermo-. También me cisco en sus largos cuernos, no en los suyos, señoría, sino en los de don Guillermo y en los de su papá que parecen abanicos de colores… Eso sí: montado a caballo… la calle abajo. Y lo hago en alta mar que siempre fue el doble que en tierra. Y hágolo, señoría, y perdone por abusar de su paciencia, sin acritud, sin faltar, sin vil y chabacana actitud, antes bien con cadencia natural. Y termino: así lo hago por el celo, el afán y la piedad que me incumben por mi casa y mi madre la Iglesia y Dios, que es mi Padre y mi Hermano, su Madre, la mía; y no creo que la legislación y menos la justicia humana -en la que no confío- sepa si me ofendió o no, que sí que lo hizo, señoría: ofendió a Madre y a Padre y a mi Hermano, y a mí, el último y menos importante,… y cuando a uno le mientan la Madre y se le saltan las lágrimas, ya ve, se pone uno al punto de hacer un dislate del que pueda estar arrepintiéndose de por vida. Es mejor así que no me cruce yo con ese hideputa, follón y malandrín, que diría mi abuelo don Quijote por no tenerlas entrambos a puñadas. Y Dios en la casa de todos. Amén.



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