Leo de la extrañeza de
algunos, personas de mi edad o incluso mayores, asombrados de la asimilación de
la bandera de España a la derecha, a lo facha, al nacionalismo españolista, etc. Les voy a dar mi explicación que se me antoja
indiscutible y meridiana.
20 de noviembre de 1975. Muere
Franco y servidor tenía 14 años. Lo recuerdo perfectamente. Mi hermano pequeño
preguntó al mirar a la tele por qué ese hombre estaba en la cunita: acostado
estaba Franco en el cajetón para siempre. Momentos de temores en España: “dicen
los viejos que este país hubo una guerra”, cantaba Jarcha en su Libertad sin
ira. Una nueva confrontación se temía como a una vara verde. La guerra no se había
superado, ni entonces ni ahora. En la escuela y en los 60 se hablaba de ellos,
de rojos, de nacionales, del Caudillo, de Cara al Sol, de Prietas las filas, de
Onésimo Redondo, de José Antonio…: pongo por testigo a la Enciclopedia Álvarez
en que estudié. El ambiente no estaba diáfano, el presente se mostraba trabajoso
y arduo y el futuro ocluido. Como siempre, la mayoría de los españoles con edad
de asumir la responsabilidad de la salida de la nación, se preguntaban “¿Qué va
a pasar?”, y bien pocos se planteaban “¿Qué vamos a hacer?”, menos aún “¿Qué
voy a hacer YO?”.
Recuerdo el estupor que
produjo la legalización del PCE, fue en Semana Santa. Carrillo ya salía en la
tele sin peluca. Los militares ponían caras largas, muy largas y dicen que se oían
ruidos de sables. El futuro seguía obturado.
En 1976 se funda Fuerza
Nueva: quien no sepa lo que era ese partido político que lo busque en la red,
que para eso está. Una derecha dura, no sé si ultra o no; de ella, decían,
salieron muchos de los llamados Guerrilleros de Cristo Rey o eran los mismos perros
con distintos collares, que tanto da. Será este partido el que, sin complejo
alguno, se hace con la bandera de todos los españoles. La bandera nacional, la bandera
de todos, insisto, se queda como símbolo de una parte, se repetía el repertorio
de la guerra. Entiendo que, si durante muchos años, en muchos colegios, públicos
y privados, se hizo sonar antes de entrar a clase el himno nacional, se
formaban filas y se asistía al izado de la bandera rojigualda… esta, como el
himno, como las filas, quedaron estigmatizadas como símbolos de lo que empezó a
llamarse el franquismo (que sonaba rarísimo entonces), de la dictadura (palabra
que solo usaban algunos). Alguien podría pensar que FN, la derecha dura, ultra
o como quiera llamarse, había secuestrado el símbolo que representaba a todos
los españoles. Cito de memoria: y cuando veas ondear nuestra bandera, di: ahí
está España, rezaba uno de los textos quizá de la enciclopedia. Así pues, la
bandera empezó a simbolizar lo facha, la derecha ultra, lo español con el deleite
de quienes se identificaban con esas ideas y la complacencia y complicidad de
una izquierda, desde la más moderada a la más extrema, de que así fuera: para ellos
quedaba la bandera de la República y así muchos militantes del PSOE, por
ejemplo, soy testigo, la llevaban en sus solapas; hoy aún son muchos quienes
las llevan y muy pocos, quizá ninguno, la de España.
A ello venían a sumarse los
movimientos terroristas asentados especialmente en el País Vasco donde la
bandera de España no ondeaba en ningún ayuntamiento pequeño y siempre se andaba
en aquello que dio en llamarse “la guerra de las banderas”. En muchos ayuntamientos
de pueblos grandes y ciudades allá, en Euskadi, tampoco hondeaba la bandera
nacional. La bandera de España simbolizaba la represión, la dictadura, el oprobio,
etc. y ellos, los pistoleros, sus fotos en las fachadas, la liberación, el paraíso
en la tierra… El PNV miraba hacia otro lado, ayer como hoy.
Con estos espartillos se fue
formando la canasta. Pasaron las décadas y nada cambió. El PSOE en el gobierno
nunca hizo gala ni de lo español ni de la bandera de los españoles (al necio de
Pedro Sánchez lo vi delante de una bandera de España por no sé qué motivo no ha
mucho). El PP en el gobierno, no olvidemos que la derecha de este país siempre
fue cobarde y cuando menos tibia, miró de perfil para las florecillas del jardín…
Y así se llegó a un punto en que la bandera simbolizaba y aún simboliza lo
facha, Franco, la dictadura, etcétera etcétera. De ahí que se silbe al himno
nacional, al izado de la bandera, a la presencia del Rey como Jefe del estado
de todos los españoles…
Cierto que hubo en los
últimos años una relativa rehabilitación de la bandera. Los ultras de la derecha,
para distinguirse usan la bandera de España, pero con lo que ellos llaman el
pollo, es decir el águila, que no me detengo a explicar qué simboliza. Así
pues: la bandera de todos se va acercando muy lentamente a representarnos y de
forma vergonzante la usan la mayoría. Realmente visto así todo esto se hace cierto
que entre todos la mataron y ella, pobre bandera, símbolo de mi patria, fue fusilada.
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