21 de junio de 2024

MENOS DE 300: Mañas en la Eurocopa

 


Las artes marciales nunca fueron lo mío. No sabría distinguir, por tanto, si lo que veo en la EUROCOPA 24 son mañas de judo o de jiujitsu, pero fútbol, lo que se llamaba fútbol no es. Cierto que dejé hace años de ver con continuidad las emisiones de este deporte y me sorprende ver lo que ahora observo. Cierto que las cámaras hoy nos muestran el más mínimo pestañeo de los jugadores en el campo. No deja de asombrarme cómo se empujan, cómo se agarran, como se quieren quedar con la camiseta y los calzones del contrario… Se dan unos meneos que no me extraña que se descoyunten…

Recuerdo que decían de Cruyff que siempre andaba malmetiendo con el defensa que pretendía cubrirlo y que con ello buscaba desquiciarlo, ponerlo nervioso, provocar la falta que diera lugar a una tarjeta… Nadie que viera el fútbol de entonces olvidará el puñetazo que le dio Villar, quien fuera presidente de la Federación de Fútbol después, antes de un saque de esquina. Aquello pareció no venir a cuento, pero, al parecer, el holandés le llevaba un ratico mentando a la madre, a los difuntos y a sus vástagos… y Villar le propinó un puñetazo estilo Urtain. No esperó a que el árbitro le mostrara la tarjeta roja y la dirección de la caseta… Él se fue solito.

Lo de hoy parece distinto. Dos jugadores acuden por la pelota, pero antes de llegar a ella se agarran con discreta brutalidad de la camiseta, ya digo, de los calzones, del brazo, del pescuezo… y se hacen lo que de chicos llamábamos unas “mañas” que dan al traste con la belleza de un deporte donde el fair play son dos palabras en inglés que no designan nada reconocible.

A ver si otro día hablo de los comentaristas.

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