La corrupción no tiene castigo (I)
Leo en EL ASTROLABIO de BIEITO RUBIDO que “La corrupción
no tiene castigo”. Leo para hallar la causa de ello que espero del director del
periódico. Nada de nada: no hay explicación, no hay hipótesis, ni tesis ni…
nada de nada.
Siento decirle al señor
Rubido que lo evidente no se dice. Es una falta de respeto a quienes están
presentes y lo ven, lo palpan, lo comprenden, lo saben. Con lo que está
ocurriendo en el PSOE en España era para que se demoliesen hasta los cimientos
de unas siglas que huelen que apestan. Quienes no son andaluces piensan en la
insufrible chulería de un presidente que no puede andar por la calle sin que
sea insultado; piensan eso los no andaluces… en los posible negocios sucios de
Begoña Gómez; en el tal Koldo García; en una tesis que Sánchez no hizo y que
nos jode a quienes nos curramos el doctorado… y los ERE que aún colean, una UGT
que malversó al manso, y con presidentes y altos cargos de la Junta de Andalucía
que nos chulean por las calles sin entrar en el talego mientras cualquier
andarríos por menos de eso se jama un trullo que para qué las prisas: Griñán… y
los suyos… Todo esto se puede olvidar, pero lo obvio, lo evidente es que a los
votantes socialistas les es indiferente. ¿Por qué? ¿Usted conoce a alguien que
le ocurra tal tras robarle? “Oye, Pepe, ¡te ha soplado mil euros!”… ¿Y Pepe se va
muerto de risa? No lo conozco. ¿Por qué entonces los votantes del PSOE,
sabiendo lo que saben siguen votando unas siglas a las que les crecen más las
uñas que el pelo? (Y, además, en los pueblos se le pone nombre a los trincones).
To be continued.
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