10 de agosto de 2023

ANTONIO ALCALÁ VENCESLADA - 27

 

Alcalá Venceslada, Antonio, LA VENGANZA DEL FEUDAL


Granada 1903. Alcalá Venceslada es alumno de la facultad de Derecho y de Filosofía y Letras de esa ciudad. Es colegial del famoso Bartolo, el Real Colegio Mayor “San Bartolomé y Santiago”. Su apellido en este no es novedoso: su padre y su tío abuelo, el sabio andaluz, fueron colegiales en el mismo Mayor; de este, y en ciclo iniciado sobre Alcalá Venceslada, ya hablé aquí: Juan Manuel Orti y Lara, el duro opositor intelectual contra el laicismo, y cuanto representa, Julián Sanz del Río, fundador e inspirador de la Institución Libre de Enseñanza. Expuso este sus ideas de forma explícita y clara en una conferencia, según Cacho Viu: hizo la primera afirmación pública y solemne de la doctrina krausista y se encontró enfrente a Orti y Lara. La Universidad granadina era un hervidero relativo de inquietudes porque no son muchos los alumnos que pueden acudir a ella: en Granada y en ella hay 2.436 alumnos cuando Alcalá llega.

Alcalá Venceslada es jovial, extravertido, simpático… y todo ello lo fue toda su vida, pronto encuentra acomodo el joven andujareño en la ciudad de la Alhambra. Ha viajado mucho aun siendo de corta edad: ha estado interno con los jesuitas en Zaragoza y en El Palo, allí ha sido compañero de clase, de Ortega Gasset (a partir de su paso por Málaga, Ortega y Gasset), ha estudiado también interno en el Colegio de “Santo Tomás” de Jaén, donde se han reconocido sus dotes literarias. Allí se ha cruzado con alguien que le ha dado el calor necesario, la atención pertinente que todo artista necesita: si no lo tienes, como el Principito, te mandan dejar los lápices de dibujar y que te intereses “un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática”. Alcalá sabe qué quiere, pero hay que levantar el telón poco a poco.

No hemos podido averiguar mucho sobre José Gama López. Cuatro datos sueltos. Estudiante de Derecho. Natural de Lucena. Se acabó su rastro. Sin duda este es el encargado de redactar la obra, escrita en redondilla, con pésima caligrafía y ortografía parienta de esta: peor, si cupiera. Algunas correcciones están hechas en el texto conservado, sin numeración de páginas, por Alcalá Venceslada. Si alguien supiera algo de Gama López, por favor, que nos dé noticias.

Creo que es la primera vez, que yo sepa, que se comenta esta obra. No logro que los sabios de la teoría literaria me ayuden. En novela podríamos decir que es una narración enmarcada, emparentada con el mise in abyme, leo que se puede llamar así y así escribir, siendo francés. Lo pongo en cursiva por si acaso. El teatro en el teatro, aunque brevemente: una obra se superpone en la obra.

El argumento de La venganza del feudal tiene un cierto aire surrealista por el lado infantil que más me inclino a denominar absurdo. Mata el realismo y asesina el romanticismo de luz de luna… ¡Estamos 1903 y los autores son dos muchachos! En la primera página de la obra, se afirma que se estrenó en 1903, entiendo que en el Colegio Mayor, pues no era representable en un teatro comercial, creo.

Los medios escénicos son muy apropiados para una representación en espacio precario y decorados que hoy llamaríamos minimalistas. Las caracterizaciones de las figuras -como llama Spang a los personajes- son tan escuetas como todo. Simples, lineales, esquemáticas. Las acotaciones son brevísimas y esporádicas. Más hallamos aclaraciones en el propio texto para el director de la obra y los actores que acotaciones propiamente dichas.

El argumento es tan elemental como todo lo antedicho. Una fonda, in media res, un grupo de actores, maestro en activo su director y el resto de la compañía, su familia, que completa el sueldo con las representaciones que hace en pueblos de alrededor de donde viven, etc. Un Silvino enamorado de la hija de Arrabal el maestro, actor y director de la escueta compañía. En escena se suceden los equívocos, los inesperados golpes de humor sencillo, casi simple, pero fresco: juegos de palabras, retruécanos, malentendidos que provocan de improviso la risa. Lo supuestamente trágico -un posible duelo a espada- se convierte en ridículo acontecimiento.

Anoto no sin cierta sorpresa admirativa que en momento tan absolutamente incipiente del siglo XX en España dos jovenzuelos hablen en una obra teatral escolar de Wagner y del modernismo.

Del primero, y sigo en lo que sigue referido a Wagner a Paloma Ortiz-de-Urbina Sobrino en su artículo PRIMERA RECEPCIÓN DE RICHARD WAGNER EN MADRID. Se empieza a tener noticia más generalizada y mayor aceptación del músico alemán a partir de la labor de Luis París quien, al frente del Teatro Real y por ser un apasionado wagneriano, va logrando una percepción distinta de Wagner en el público madrileño. Curiosamente, desde el punto de vista literario, a principios del siglo XX la asimilación de la simbología wagneriana se asocia en España a la estética modernista. El soneto Wagner de Manuel Machado, mayor nueve años que Alcalá, fue escrito en Alma, entre 1898 y 1900; Tropical de Juan Ramón Jiménez, incluido en Ninfeas es de 1900 y, la novela de Vicente Blasco Ibáñez publicada en 1900, Entre naranjos, se muestran como paradigmas de la recepción wagneriana literaria a principios de siglo.

        El poema atribuido a Silvino en la obra, es calificado por este de “modernista”, afirma: “¡Claro como que para lo modernista me pinto solo!”. Sinceramente para ser dos alumnos de Derecho y Alcalá también de Filosofía y Letras, en momento tan tempranero del siglo XX, me produce cierto asombro.

 


 


1 comentario:

  1. Me pregunto, ¿habrá en el Bartolo restos de aquella representación en alguna revista del colegio..., en la prensa de Granada? NI IDEA ni facilidades que se me ofrecen para poder responder a mi propia pregunta. Muros infranqueables en Granada, solo en Granada a lo largo de más de año y medio de investigación. Siento decirlo. Solo Antonio Benítez, el conserje, me ha ayudado cuanto ha podido. Lo poco que sé me lo ha facilitado ¡el conserje del Colegio!

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