Permítanme que haga una
recopilación de lo más importante que hemos venido comentado al hilo de las
ideas (son suyas) de Luri. La lectura, a las alturas que estamos -que mi madre
diría-, no es solo importante, sino necesaria para toda persona que desee
alcanzar metas de dignidad humana (en occidente, ojo). La lectura debe
fomentarse en la escuela porque un alumno no lector o lector precario es un
alumno con muchas posibilidades de ser un fracaso de alumno. La escuela debe
garantizar este medio, porque sin él no será posible paliar las desigualdades
sociales. Los niños ricos tienen más posibilidades que los que no lo son.
Ahora, añado yo, un
poco como Unamuno cuando opositaba a la plaza de Filosofía: estoy de acuerdo
con Luri, pero hago salvedades. A lo peor, decir que me habrán preguntado miles
de veces por el sentido de mi leer sin descanso sea hipérbole andaluza, pero
cientos, seguro: siempre dije que la lectura para mí es un medio de aprendizaje
y gozo, de conocimiento y placer, que me ayuda a que mi felicidad expanda sus
lindes. Nunca pensé mientras leía que la lectura me ayudaría a mejor
comprender lo que estudiaba -no solía practicar demasiado- y aumentaba mi
vocabulario lo que iba también en esa misma dirección: nunca…; me lo pasaba
bien leyendo novelas (ahora lo hablamos), yéndome de aventuras con unos personajes y
con otros, tardes de verano llenas hasta la bola de libros y libros y libros…
Después vendría escribir, después nacería ese afán insaciable por aprender (studiositas)
y sería falso decir que pertenecía a una familia rica: mi padres no eran
lectores, lo fue mi abuelo en grado sumo…, pero yo no llegué a conocerlo, a
convivir con él… No me es fácil discernir el origen de mi afán a la lectura… La etiología de ciertas emociones no es fácil saber dónde radican
Dedica cierta atención Luri
al vocabulario. Este no se aprende por ósmosis. Este no se aprende solo por
leer: todo lo que se aprende, y él así lo defiende, se hace con empeño, con
esfuerzo, memorizando… ¿Cómo se enseña el vocabulario en la escuela? Solo se
aprende de pasada lo que incluyen los libros de texto… ¡y nada más! No hay
elencos de palabras que se deben de aprender en determinados cursos y niveles… ¡y
estudios sobre ello existen! El vocabulario se aprende mientras se va de
camino, al azar, sin orden y con desconcierto, pero no hay un método (existen)…
De continuo están abiertos en mi ordenador el diccionario de la RAE y el DUE de
María Moliner: raro es el día que no busco algún matiz de alguna palabra, en
alguna de sus acepciones, o una palabra que ignoro: una lista tengo abierta de
continuo con palabras nuevas… (la última en llegar “rahez”; de vez en cuando
repaso el listado y las disfruto). De continuo no está abierto en pantalla,
pero también gozo consultando el diccionario etimológico de Corominas y
Pascual…, ya muy específico. Quiero decir y reivindicar la necesidad no solo de
la escuela, de buenos maestros, sino también y además es imprescindible,
necesaria, la voluntad de aprender.
He observado también que Luri
habla explícita, concreta y exclusivamente de la lectura de novelas… (p. 59).
Hace muchos años pidió entrar en el aula donde impartía clase en COU un alumno
de 4º o 5º de EGB. Me comentó que venía de parte de don Fulano para repetirme
lo que le había dicho a este profesor a la sazón: “Yo no leo poesía porque eso
es de mariquitas”. No sé si tenía razón o no y estamos en una nación de machotes
muy machotes, pero lo cierto es que rara vez, también muy de pasada, se lee
poesía a los alumnos en clase (algo más de teatro, pero no mucho tampoco).
Alumnos hay que llegaban a COU o llegan hoy a 2º de bachillerato y que no han leído
nunca un libro de poesía…, salvo algún poema de pasada, quizá, todo lo más, por
venir en el libro de texto. Voy a usar una perífrasis de obligación: hay que
leer poesía en clase, en voz alta, comentarla, hacer que los alumnos la
lean… ¡y no esa poesía tan plúmbea como noña para niños! (creo que existe la
buena y la mala literatura, y solo será “para adultos” o “para niños”, por las
temáticas, su tratamiento, su vocabulario, su complejidad… ¡y no más!). Creo
que no solo el Juan Ramón de Platero y yo debe ser leído a los niños:
también Jardines lejanos o Diario de un poeta recién casado… Por
lo mismo y con las mismas razones por las que ven un cuadro de Picasso o de
Leonardo o escucharán a Bach o Shostakovich o Sabina. Lo importante no es solo
leer, con serlo muchísimo. Lo importante es conformar un elenco de lecturas
desde que el niño entra en el instituto, por ejemplo, en 1º de la ESO y sale en
2º de bachillerato… ¿cuál será el itinerario lector de nuestros alumnos en
TODAS las asignaturas? Qué biografía, qué novelas, qué poesías, qué obras teatrales…
Cierto, Platón lo dice, que conviene que el principio del obrar nazca de las
buenas intenciones, pero ya sabemos que con estas no basta… A veces en la
escuela sobra buena voluntad y faltan conocimientos bien fundamentados,
criterios firmes, claros…, pero de eso ya hablé en otras entradas sobre La
escuela no es un parque de atracciones: el principio rector de nuestra
escuela es que cada maestrillo tiene su librillo y así salen alumnillos,
fracasillos, etceterillas.
Creo que Luri debió matizar
algo más aquello que afirma sobre la inexistencia de didácticas de la Literatura…
No lo entiendo bien: ¡y he enseñado durante décadas la materia! ¿Será que la
contemplación de la Literatura en el currículum está mal enfocada y
minusvalorada?
Otra aclaración antes de
concluir: me preguntan algunos por qué incluí en la entrada anterior un retrato
de una niña (algunos saben que es Isabel II de España). La puse ahí porque se
me antoja que es la persona peor educada de la que he tenido noticias; siempre
fue una rica desgraciada, que no leyó y apenas sabía escribir; si le daban
un lápiz…, ¡lo empuñaba!
Concluyo con un rotundo la
lectura es buena, viva la lectura, pero no porque los editores, los
distribuidores, los libreros y los escritores ganen dinero… Los libros y la
práctica de la lectura es buena no porque así comprenda los problemas de
matemáticas ni las explicaciones de los astrónomos sobre los agujeros negros… Ni
tan siquiera por lo que escribió santa Teresa: “Lee y conducirás, no leas y
serás conducido…”, que es una lástima porque no es suyo ni nunca lo escribió:
ella no hablaba de chóferes y pasajeros… Y ni siquiera la lectura es para el
verano ni para ricos (lo siento por vosotros), sino de los lectores que queremos
disfrutar de los libros y nos aplicamos, no sin esfuerzo, a trabajar en ellos,
con ellos…, aunque con el tiempo ciertamente se pierda la inocencia pizpireta y
pinturera de quien jovial entraba a cuerpo gentil en cualquier libro…, mas
siempre podría existir un guiño desde la primera o desde la última página o es
posible que se halle en la 72, ¡o no!
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