17 de agosto de 2021

454- Gregorio Luri: SOBRE EL ARTE DE LEER: 10 TESIS SOBRE LA EDUCACIÓN Y LA LECTURA (IV DE IV).

 



Permítanme que haga una recopilación de lo más importante que hemos venido comentado al hilo de las ideas (son suyas) de Luri. La lectura, a las alturas que estamos -que mi madre diría-, no es solo importante, sino necesaria para toda persona que desee alcanzar metas de dignidad humana (en occidente, ojo). La lectura debe fomentarse en la escuela porque un alumno no lector o lector precario es un alumno con muchas posibilidades de ser un fracaso de alumno. La escuela debe garantizar este medio, porque sin él no será posible paliar las desigualdades sociales. Los niños ricos tienen más posibilidades que los que no lo son.

Ahora, añado yo, un poco como Unamuno cuando opositaba a la plaza de Filosofía: estoy de acuerdo con Luri, pero hago salvedades. A lo peor, decir que me habrán preguntado miles de veces por el sentido de mi leer sin descanso sea hipérbole andaluza, pero cientos, seguro: siempre dije que la lectura para mí es un medio de aprendizaje y gozo, de conocimiento y placer, que me ayuda a que mi felicidad expanda sus lindes. Nunca pensé mientras leía que la lectura me ayudaría a mejor comprender lo que estudiaba -no solía practicar demasiado- y aumentaba mi vocabulario lo que iba también en esa misma dirección: nunca…; me lo pasaba bien leyendo novelas (ahora lo hablamos), yéndome de aventuras con unos personajes y con otros, tardes de verano llenas hasta la bola de libros y libros y libros… Después vendría escribir, después nacería ese afán insaciable por aprender (studiositas) y sería falso decir que pertenecía a una familia rica: mi padres no eran lectores, lo fue mi abuelo en grado sumo…, pero yo no llegué a conocerlo, a convivir con él… No me es fácil discernir el origen de mi afán a la lectura… La etiología de ciertas emociones no es fácil saber dónde radican

Dedica cierta atención Luri al vocabulario. Este no se aprende por ósmosis. Este no se aprende solo por leer: todo lo que se aprende, y él así lo defiende, se hace con empeño, con esfuerzo, memorizando… ¿Cómo se enseña el vocabulario en la escuela? Solo se aprende de pasada lo que incluyen los libros de texto… ¡y nada más! No hay elencos de palabras que se deben de aprender en determinados cursos y niveles… ¡y estudios sobre ello existen! El vocabulario se aprende mientras se va de camino, al azar, sin orden y con desconcierto, pero no hay un método (existen)… De continuo están abiertos en mi ordenador el diccionario de la RAE y el DUE de María Moliner: raro es el día que no busco algún matiz de alguna palabra, en alguna de sus acepciones, o una palabra que ignoro: una lista tengo abierta de continuo con palabras nuevas… (la última en llegar “rahez”; de vez en cuando repaso el listado y las disfruto). De continuo no está abierto en pantalla, pero también gozo consultando el diccionario etimológico de Corominas y Pascual…, ya muy específico. Quiero decir y reivindicar la necesidad no solo de la escuela, de buenos maestros, sino también y además es imprescindible, necesaria, la voluntad de aprender.

He observado también que Luri habla explícita, concreta y exclusivamente de la lectura de novelas… (p. 59). Hace muchos años pidió entrar en el aula donde impartía clase en COU un alumno de 4º o 5º de EGB. Me comentó que venía de parte de don Fulano para repetirme lo que le había dicho a este profesor a la sazón: “Yo no leo poesía porque eso es de mariquitas”. No sé si tenía razón o no y estamos en una nación de machotes muy machotes, pero lo cierto es que rara vez, también muy de pasada, se lee poesía a los alumnos en clase (algo más de teatro, pero no mucho tampoco). Alumnos hay que llegaban a COU o llegan hoy a 2º de bachillerato y que no han leído nunca un libro de poesía…, salvo algún poema de pasada, quizá, todo lo más, por venir en el libro de texto. Voy a usar una perífrasis de obligación: hay que leer poesía en clase, en voz alta, comentarla, hacer que los alumnos la lean… ¡y no esa poesía tan plúmbea como noña para niños! (creo que existe la buena y la mala literatura, y solo será “para adultos” o “para niños”, por las temáticas, su tratamiento, su vocabulario, su complejidad… ¡y no más!). Creo que no solo el Juan Ramón de Platero y yo debe ser leído a los niños: también Jardines lejanos o Diario de un poeta recién casado… Por lo mismo y con las mismas razones por las que ven un cuadro de Picasso o de Leonardo o escucharán a Bach o Shostakovich o Sabina. Lo importante no es solo leer, con serlo muchísimo. Lo importante es conformar un elenco de lecturas desde que el niño entra en el instituto, por ejemplo, en 1º de la ESO y sale en 2º de bachillerato… ¿cuál será el itinerario lector de nuestros alumnos en TODAS las asignaturas? Qué biografía, qué novelas, qué poesías, qué obras teatrales… Cierto, Platón lo dice, que conviene que el principio del obrar nazca de las buenas intenciones, pero ya sabemos que con estas no basta… A veces en la escuela sobra buena voluntad y faltan conocimientos bien fundamentados, criterios firmes, claros…, pero de eso ya hablé en otras entradas sobre La escuela no es un parque de atracciones: el principio rector de nuestra escuela es que cada maestrillo tiene su librillo y así salen alumnillos, fracasillos, etceterillas.

Creo que Luri debió matizar algo más aquello que afirma sobre la inexistencia de didácticas de la Literatura… No lo entiendo bien: ¡y he enseñado durante décadas la materia! ¿Será que la contemplación de la Literatura en el currículum está mal enfocada y minusvalorada?

Otra aclaración antes de concluir: me preguntan algunos por qué incluí en la entrada anterior un retrato de una niña (algunos saben que es Isabel II de España). La puse ahí porque se me antoja que es la persona peor educada de la que he tenido noticias; siempre fue una rica desgraciada, que no leyó y apenas sabía escribir; si le daban un lápiz…, ¡lo empuñaba!



Concluyo con un rotundo la lectura es buena, viva la lectura, pero no porque los editores, los distribuidores, los libreros y los escritores ganen dinero… Los libros y la práctica de la lectura es buena no porque así comprenda los problemas de matemáticas ni las explicaciones de los astrónomos sobre los agujeros negros… Ni tan siquiera por lo que escribió santa Teresa: “Lee y conducirás, no leas y serás conducido…”, que es una lástima porque no es suyo ni nunca lo escribió: ella no hablaba de chóferes y pasajeros… Y ni siquiera la lectura es para el verano ni para ricos (lo siento por vosotros), sino de los lectores que queremos disfrutar de los libros y nos aplicamos, no sin esfuerzo, a trabajar en ellos, con ellos…, aunque con el tiempo ciertamente se pierda la inocencia pizpireta y pinturera de quien jovial entraba a cuerpo gentil en cualquier libro…, mas siempre podría existir un guiño desde la primera o desde la última página o es posible que se halle en la 72, ¡o no!  

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