Shakespeare tiene un tenaz interés
en la búsqueda de la íntima motivación que lleva al hombre a actuar. Busca por
medio de sus obras hallar la etiología del mal y del bien naturales en el
hombre, desvelar los fundamentos del vicio y la virtud… todo ello con monumental
sutileza. No se trataba de contar historias casi infantiles, acciones
superficiales, actos livianos…, sino que, cuando Shakespeare es capaz de mostrar
esas realidades por medio de sus personajes, de los actos de estos, de sus
palabras, sus gestos… uno casi vislumbra, casi alcanza a comprender esas
realidades tan esencialmente humanas.
Se podría pensar que el genio
teatral había creado y escrito bajo un halo de calma, de serenidad, de viento a
favor, mas nada más contrario: Shakespeare crea en circunstancias adversas.
“Shakespeare no contó con esa ventaja: vino a Londres como un pobre aventurero y
vivió durante un tiempo de míseras ocupaciones. Muchas obras del genio y del
conocimiento se han llevado a cabo en condiciones de vida aparentemente poco
favorables para la reflexión o la investigación. Tan numerosas son que quien
repara en ellas se siente inclinado a deducir que el empuje y la perseverancia
prevalecen sobre cualquier agente externo y que las ventajas e inconvenientes
se desvanecen ante ellos. El genio de Shakespeare no era de los que se sienten
abatidos por el peso de la miseria, ni limitados por la pobreza de la
conversación a la que inevitablemente se ven condenados los menesterosos” (p.
57).
Por todos es conocido, y lo hemos
puesto como ejemplo del autoplagio, a Valle-Inclán. Pues otro tanto le sucede a
Shakespeare. Decía Julián Marías que nadie espere a criarse para clásico, sino
que se debe escribir y dar a leer todo aquello que se desee que sea conocido
por los lectores. Ese es Shakespeare, quien no tiene inconveniente ni escrúpulo
en repetir las mismas bromas en distintos diálogos, ni por concebir diversas
tramas con la misma intriga… sencillamente porque no pasó por su cabeza que sus
obras serían leídas, estudiadas, diseccionadas por la posteridad en forma, por
ejemplo, de editores como la hecha por el mismo Johnson. Shakespeare, ante la
duda, actúa.
Por múltiples razones evidentes no
he podido evitar las interrelaciones entre Shakespeare y Cervantes. Ambos
tienen el brillo innato de la genialidad al que añaden la luz artificial y
adquirida del conocimiento, la experiencia, el vivir con un claro sentido
último.
Otro aspecto que comenta el doctor
Johnson es que todo cuanto Shakespeare escribe en la obra (o esboza, pues no
todo lo concreta y culmina, lo detalla y explicita): el estilo, el lenguaje, la
disposición sintáctica de la oración… está pensado para ser dicho sobre un
escenario, ojo: ¡no para ser leído en un libro! No se olvide que entonces,
¡¡como ahora!!, saber leer y escribir era una hazaña valorada por su singular
rareza.
Es curioso cómo el comentario que
hace Johnson de los críticos que le preceden en ediciones comentadas de
Shakespeare lo hace siguiendo un orden: primero, comenta las cualidades
intelectuales y personales del comentador y ya, después, dice de la obra
realizada con sus comentarios, sus notas, sus correcciones, etc. Parece
decirnos que el obrar sigue al ser… Todo tonto no hace ni dice sino… tonterías.
El genio de Shakespeare da a la luz… obras geniales.
“Finalmente, he de confesar, no
obstante, que aunque se lo debamos todo [a Shakespeare], él también nos debe
algo: si buena parte de la admiración que se le profesa es fruto de la lectura
y el juicio, otra parte es fruto de la costumbre y la veneración. Fijamos
nuestra mirada en sus virtudes y la apartamos ante sus defectos, consintiéndole
lo que aborreceríamos y despreciaríamos en otro” (p.62). Bien traído. Ahí lo
tienen ustedes si gustan.
Interesante entrada sobre Shakespeare!!!
ResponderEliminarFue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como El Bardo de Avon, Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.
Gracias por compartir
Abrazos Victoria
Los economistas sabéis de todo... Muchas gracias a ti por visitar este blog.
ResponderEliminarPerdona, Victoria, mujer... He contestado sin la prudencia de comprobar qué Victoria serías... y resulta que le he escrito a una "economista", en vez de a ti... Mira que iba a añadir "los literatos no sabemos ni de Literatura"... En fin: lo escrito... escrito queda (un amigo enmendando un error, o eso pretendía escribió: Lo escrito, "escroto" queda... ¡y así lo enmendó!). Lo dicho, eso sí... Muchas gracias.
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