Querido
charlie:
Si
me dijesen que no te he escrito desde febrero del año pasado, no me lo creería.
He tenido que mirar tres veces el dato para ratificar que era así. Te lo
confirmo: No te he escrito desde ese mes del año 2013. Increíble.
No
tengo nada que alegar en mi descargo. Carezco de justificación y, lo que es
peor, de explicación. Reconozco mi desconcierto. ¿Por qué dejé de escribirte?
Lo ignoro. Alguna vez te lo he comentado. En tres ocasiones en mi vida he
perdido a tres amigos por el camino. Los tres se callaron. Ninguno de los tres
dio cuenta y razón de sus silencios. Dos de las afonías vitales las interpreté
a ojo de buen cubero: de modo subjetivo y sin contraste alguno; para el tercero
no tengo explicación. Una de esas amistades estoy por recuperarla… De las
otras… Ellos dirán. Se engañan quienes afirman que ya el tiempo lo dirá: el tiempo no dice nada, charlie, es mudo, su
misión es medir, no decir, no explicar, no razonar. Nunca le negué el saludo a
nadie (no le di la mano a un sinvergüenza que iba contra nosotros en una
oportunidad en la puerta de un juzgado: es
un mentiroso, está vivo y apestando el mundo), a nadie dejé de hablarle por
nada (y motivos siempre hay o se pueden buscar).
Era,
y no tiene por qué dejar de ser proyecto también en marcha, de este blog el
darle cuerpo a una obra que está por aquí y que lleva el título de Breve prontuario para viajeros.
¿Recuerdas, charlie? La idea es debatir contigo a cuerpo gentil sobre asuntos (el término tema no me gusta) y contenidos
-quizá se ajuste más a esas realidades- que se entrañan en la
vida de cada uno (al menos en las vidas de los hombres de mi entorno) y que
pueden ayudar o no a alcanzar una vida lograda, realidades necesarias que
pueden dar al traste con una vida mejor de no ser bien interpretadas, creo.
Recuerdo
que hablamos del amor y de la amistad. He querido comprobar si habíamos hablado
sobre los aprendizajes…, pero no lo encuentro. Era mi deseo hacerlo por orden
alfabético. Abordar esas cuestiones de forma ordenada, pero me temo que no es
posible. Se mueve mucho la vida como para dejarse encerrar en una cuadrícula.
(Vuelvo de nuevo sobre una idea… La verdad es que hacía tiempo que no pensaba
en ello a la luz de este Breve prontuario…
¿acaso no es posible acordar una antropología que dé cuenta y razón de ti y de
mí, del vecino y de nuestros paisanos, del español y el europeo…?). Me resisto,
a pesar de los pesares, al escepticismo. Quizá seamos los optimistas unos
pesimistas mal informados, pero me esfuerzo por serlo, por invitarte, charlie,
a ser optimista… Te invito a pensar que existe lo bueno, lo malo, lo regular… y
lo mejor. Vamos a intentar lo mejor. Sin voluntarismos. Con prudencia…, pero
magnánimos.
Me
alegra darte noticias de mí… Siempre me resultó divertida tu compañía… ¡hemos
pasado tantos años juntos!
Con
cariño de tu amigo,
Tucho
Castelo…
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