Paso
a explicarme y lo intento con brevedad y claridad. Hace casi un año escribí una
entrada en este blog de lecturas. Era un comentario sobre una obra de Gabriel
García Márquez y su Crónica de una
muerte… (García
Márquez: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA). La entrada citada recibió un
comentario de un señor, o señora, Bishop, de quien solo
sé que tiene un blog titulado La balsa de
Nostromo (http://labalsadelanostromo.wordpress.com/).
Por el tenor lo considero varón. Su comentario fue:
Bueno.
García Márquez es un magnífico escritor, domina perfectamente el lenguaje, en
sus libros y relatos se mascan la miseria y el calor húmedo del Caribe, que se
funden con las vidas de sus personajes. Me parece muy razonable que a usted le
aburra profundamente. Respecto a la foto del ojo morado y la referencia a sus
casas, son ataques "ad hominem" que poco tienen que ver con la
crítica literaria y mucho con la abultada antipatía que debe usted sentir hacia
él. Un saludo.
Sinceramente
no me interesaba entrar a batallar lo innecesario, es decir: lo evidente. Gabo
es un novelista valorado mundialmente, de categoría museística literaria contrastadísima,
de quien en ningún caso he afirmado que me aburra. Al texto me remito.
Obvio
también, tras la lectura de mi comentario, que no se pueden considerar como
ataques ad hominen el poner una foto
de GM con un ojo a la virulé (di referencia bibliográfica -me encantan hacer
prosélitos para la lectura- de una obra, en esa misma entrada, para que el
curioso que me preguntaba por el motivo de ese ojo así, pudiera satisfacer su
necesidad, acudiendo a una fuente fiable,
Antonio José27
de marzo de 2013, 17:50). Tampoco considero otro ataque ad hominem que la referencia a la
temperatura y ambiente del Caribe que mantiene en su casa mejicana sea no más
que una referencia de una realidad que el mismo Gabo ha repetido como necesidad
maniática para escribir, como otros antojos puedan tener él y otros muchos
escritores, sudamericanos o no… (léase por ejemplo, Cuando llegan las musas, donde se da cuenta de muchas chifladuras
de conocidos escritores o en el recién salido, y más amplio, Rituales cotidianos de Currey). Que al
comentar mi obra alguien afirme que tengo una finca serrana de recreo,
básicamente para la caza y donde paso largas temporadas para leer y escribir… y
que ese alguien lo cite como una realidad de mi circunstancia (personal,
social, creadora…) no lo entiendo como un ataque, como un argumento ad hominem, sino como un dato, que, en
este caso desgraciadamente es falso.
En
un comentario literario, más o menos crítico, dirigido a un público con un
conocimiento general de la Literatura, en general, en un blog, tan general,
como el mío, el poner una foto u otra tiene un sentido orientativo bastante
vago. Casi siempre busco algo relacionado con la obra comentada, el autor de la
misma y su contenido. La finalidad de la foto (lo pienso ahora con más detalle
al hilo de todo esto) es activar la curiosidad… y procuro, siempre, que sean fotos
atractivas, sugerentes, aunque me reconozco bastante lego en la materia y no
excesivamente meticuloso. Me pareció un contraste atractivo el mostrar a GM
risueño, irónico y con el ojo morado, por un puñetazo –dado desde la derecha, apostaría
yo-. No iba más allá. ¿Dónde está el ataque ad
hominem? No lo veo. No lo entiendo. No me defiendo: pido una explicación.
La
conclusión a la que llega Bishop al
atribuir a mis pobres comentarios sobre esta obra un alcance de necesaria
antipatía contra GM –la perífrasis de infinitivo lo atestigua, ‘debe usted
sentir’- se me antoja, ahora sí, un auténtica falacia ad hominem, en este caso, contra mí, es decir: se me ataca a mí por
algo que ni siquiera he escrito ¿y se me atribuye una repulsión por GM basada en
una foto que puse en el blog y un comentario sobre una casa con un determinado
ambiente…? Sin duda su falacia se podría clasificar, dado el caso, entre las
llamadas falacias abusivas y circunstanciales, pero esto no me importa,
sinceramente: es agua que cae y escurre. No quiero internarme hoy en la Lógica
ni esa realidad. De veras. No me siento ofendido en absoluto y casi ni aludido.
Sí
lamento no haberme explicado lo suficientemente bien como para que una persona,
Bishop, a quien entiendo interesada y
culta no haya podido comprenderme mejor por mi limitación: Lo siento. Me
resulta enojoso que Bishop se haya sentido
incómodo hasta el punto de escribirme. Se lo agradezco. Y, además, se tomó la
molestia de escribirme con motivo de aquello que no me expliqué bien y me
corrige –lo que obviamente agradezco- y, además hace obra de misericordia
espiritual, antes así llamada, cual es enseñar a quien no sabe. Sinceramente le
agradezco todo esto. Les pido a los lectores y a Bishop que no vean ni un punto de ironía en lo que afirmo. (No
sería la primera vez, por desgracia, que dando las gracias a quien me corrige,
ve en mi agradecimiento burla, chanza, ironía… Se lo agradezco y buena prueba
de ello, creo, es el tiempo que le estoy dedicando). Continúa…
No voy a pedirte que aligeres el paso, pero me tienes en vilo esperando el camino que vas a tomar con estas entradas... Un abrazo.
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