Dice el Génesis, el primer
libro de la Biblia, que hizo Dios al hombre para que trabajara, ut
operaretur, dicho en latín. No dijo Dios “que tenga un empleo” que es la
realización de un trabajo en una actividad concreta, que es lo que todos hemos
tenido hasta jubilarnos. El de Raga ha sido jugar al tenis.
Antropológicamente, se sepa
o no, se crea o no… el hombre se autoconstituye en la acción que decía
Aristóteles, es decir: que en tanto que uno tiene afanes, quehaceres, problemas
que solventar, asuntos que gestionar… crece en humanidad: perfecciona la
realidad -mandato divino- y se perfecciona él, ídem del lienzo. Si uno se pasa
la vida mano sobre mano, ocioso sin causa, se descacharra tal y como le sucede
al coche que, hecho para rodar, queda aparcado durante tiempo indefinido.
Cuando se echa mano de él, las ruedas se han cristalizado, la gasolina se ha
echado a perder, algo sucede en el carburador y el motor de arranque no va,
como tampoco lo hace la batería: el coche se ha quedad hecho un atún, que diría
mi amigo Manolo Galera.
Eso debía de saberlo Rafa
Nadal. Se ha jubilado rico, viajado, tensionado, muy trabajado… y ahora no
puede llenar su tiempo como aquel tonto que dijo que iba a contar nubes, pero
luego se dedicó a incordiar y enredar por medio mundo a todos los que pudo, en
vez de dedicarse a sus zapatos (eso sí: se está haciendo rico él…, dicen). Regar
las macetas de las ventanas no es un trabajo con fuste que es lo que
necesitamos Rafa, mi vecino y yo.
En verano, conocía a un tipo
de oídas, que colgaba el reloj cuando terminaba el curso. Eso es querer parar la
vida dos meses… ¡imposible! Rafa Nadal necesita un trabajo que requiera todo su
empeño, que ponga en juego lo aprendido durante años… No le vale cualquier
entretenimiento: necesita algo que le genere tensión…, que lo mantenga alerta.
Le doy una idea gratis: que
se vuelque en algo que tenga que ver con el servicio a los demás… Algo que no
tiene por qué tener que ver con el tenis. Promover empresas para dar trabajo a
gentes que de veras lo necesiten; a participar con gente ¡joven o no! a
promover empresas que ayuden a terceros… Él puede ser socio capitalista y poner
al servicio de las empresas cuanto él ha aprendido en una empresa del tenis, en
la que hay mucho que enseñar a otros: mucho de lo aprendido en el mundo del
tenis se puede exportar, aplicar a empresas que ayuden a salir de situaciones
penosas a aquellos que tuvieron peor suerte que él o que, en un momento
determinado, no eligieron bien y ahora necesitan ser ayudados… (empresas para
mayores de 50 años, sin trabajo y aparcados, con conocimientos, experiencia,
que nos pueden ayudar a todos, que pueden aportar… ¡eso es una idea!).
Existe la justicia
distributiva. Él conoce a muchísimas personas que lo pueden orientar por los
caminos que le digo… Participar con los conocimientos atesorados, con el dinero
de que dispone, sumar con personas que tienen competencia y dinero también… Lo
que él siempre ha sabido hacer… sumar para bien, multiplicar para bien… y
comprometerse en serio… Eso no es un empleo, eso es el trabajo que todos
necesitamos como personas.
Ando jubilado y muy ocupado,
pero si me necesita…
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