22 de agosto de 2025

34- DECLARADA - Viudo, padre de cinco hijos y ahora sacerdote: «Sabía que el Señor quería decirme algo»

 


La gente distinta produce miedo. Y si no miedo, temor. El individuo que espera con nosotros en la puerta de la consulta, ese que hace gestos inverosímiles, que tiene miradas bizqueantes… no quisiéramos haber coincidido con él. Esa niña que babea y tiene la mirada perdida, es decir, esa que en realidad no mira a nadie: esa persona que, hablando con nosotros, vive en otro mundo, en su mundo, en otro planeta… nos inquieta, nos produce rechazo con su mirada perdida.

Hay anormales científicos, anormales académicos, anormales morales… que también, por distintos, nos dan repelús. Ese tipo tan inteligente, tan capaz, tan resolutivo… que nos parece, y así lo pensamos, un “chulo”, pero no se nos ocurre que su extravagancia se debe a sus capacidad y esfuezo y que nuestra miserable envidia necesita reducirlo, sujetarlo y ponerlo en nuestra deleznable colección entomológica como un bicho raro. Tenerlo pinchado, ahí quieto para poderlo contemplar a nuestro sabor… ¡sin conocerlo, sin haber hablado apenas con él, nuestro conocimiento es de oídas!... nos calma.

Leo este titular y se me antoja pensar que “a dónde irá este andóbal, en vez de estarse quietecito en su casa, ayudar a sus hijos con sus nietos… Ganas de complicarse”. Pues ea, quizá sea eso justamente. Se va a complicar la vida por usted y por mí. Sí, va a dar un paso adelante para servir. Y, ¡ay amigo mío!, eso no está de moda -¿lo habrá estado alguna vez?- y nos sorprende con el paso cambiado.

Cuando escuchamos o leímos el hecho del chico joven que se acercó a Jesús y le dijo que quería averiguar qué debía de hacer (andaba tras la búsqueda de un maestro, como tantos) para alcanzar la vida eterna y Jesús le enumera una serie de preceptos que el joven dice haber cumplido… Hace años escribí una historia sobre este hecho, y me imaginaba la mirada atractivísima del Maestro -a otros les dijo ven y sígueme y obtuvo el seguimiento-, pero a este chico se le arrugó el ombligo del primer impulso generoso: no quería deshacerse de su moto, de su coche, de sus viajes, del disfrute de sus fiestas de risas, copas y sexo… Tenía taco y papá mucha pasta, estaba sano, tenía un futuro que lo pensaba suyo, solo suyo, solo para él y lo que él dispusiera… ¿Qué pensaría tras lo que le dijo Jesús? “Menuda leche de maestro, me quiere buscar una ruina y joder la vida… ¡Que no, hombre, que no!”. ¡Y era Dios mismo hecho hombre, deslumbrante, quien le hablaba, aquel que seducía a las masas con sus miradas, su amor y sus palabras…!

Este yanqui, padre de cinco hijos ya criados, que se entrega al sacerdocio se ha pasado de frenada, está claro. ¿Dónde se cree que va? ¡Esto son cosas de yanquis y más aún desde que el Papa actual es de allí!

Mas… ¿por qué habrá hecho esto? ¿Será que no está loco? ¿Será que este está dispuesto a dar todo lo que tiene, mucho o poco, y se ha levantado como el ciego cuando Jesús lo llamó…? ¡Otro lileta! En fin, que da miedo moral, infunde respeto moral… y ahí va, camino adelante… ¡y que Dios le ayuda! Pido por él. No deje usted de hacerlo también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario