13 de agosto de 2025

28- DECLARADAS - Alemania da el primer paso para prohibir el lenguaje inclusivo: «El género forzado no refleja nuestro habla»

 



El llamado “lenguaje inclusivo” es una pamema cursi más de lo políticamente correcto. Eso que se cuajaron no sin acierto para los cantamañanas y los comunistas relamidos que se dejaron llevar por esta iniciativa marxista de la Escuela de Frankfurt: Max Horkheimer y Adorno fueron sus creadores. Un elemento distintivo de donde gobiernan los marxistas, más o menos aguados, es el enorme cúmulo de prohibiciones con que uno se tropieza de continuo y el devenir diario. Lo suyo es prohibir porque la libertad y que cada uno haga lo que le dé la gana, dentro de un orden legislativo sensato, les molesta. Les sobra la libertad: no saben qué hacer con ella. Si usted y yo no podemos decir ni “maricón” ni “gitano” ni “negro” por temor a que nos señalen, nos denuncien, nos califiquen de fascistas, tendremos que decir “gay” -que es un maricón travestido-, “etnia peculiar” -que es un gitano de los pies a la cabeza, ¡y a mucha honra!- y “afroamericano” -que dicen en los USA, a un tío más negro que el cerote-… Insisto: modo cursi de manipularnos, controlarnos y encerrarnos, por un lado.

Por otro, están las razones de corte científico filológico que en España las expuso Ignacio Bosque, de la Real Academia, y catedrático de Filología Hispánica de la Universidad Complutense de Madrid desde 1982Por razones obvias, servidor se posiciona de parte del doctor Bosque. El llamado desdoblamiento o redoblamiento del género es un problema ideológico: es como ir dos veces a la tienda para recoger la misma gaseosa… ¿Tiene sentido? Obviamente no. La historia de la lengua, de cualquier lengua, tiende en sus larguísimas vidas a procurar decir lo más posible con el menor número de palabras también posibles: en las lenguas más evolucionadas, el francés con respecto al español, por ejemplo, predominan las palabras agudas, mientras en español nos alargamos en las llanas y esdrújulas.

Por último, que lo he visto entre los enseñantes ideologizados y manipuladores en sus clases, el sentido común y la ciencia debiera de prevalecer sobre esta sobrecarga absurda de ideología que, como dicen en Alemania “no refleja nuestro habla”, por cierto… se dice “nuestra hablar”, que no “nuestro habla”, como aclaró Laín Entralgo hace muchos años en la prensa.


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