Por desgracia sé de qué
hablo. Lo he vivido entre mi sangre y entre algunos de mis alumnos, de mis amigos.
El suicidio es una lacra terrible: esto sí es un chirlo de verdad (y no la
manipulación de otros sucesos, igualmente execrables, pero magnificados ideológicamente
por la propaganda interesada de sus promotores, que no en estos hechos
lamentables, ya digo).
Desde este blog, porque me
duele esta realidad, he repetido que todos los días mueren en España diez
personas que se suicidan. No se contabilizan los intentos. Diez por 375 es
fácil… Últimamente, según algún fuentes, son más.
José María Ángel falsificó
su título de diplomado hace muchísimos años y con esta trampa anduvo hasta que
hace unas semanas se descubrió su mentira. Su maquinación quedó al descubierto.
Andaban siguiendo tras esos mismos pasos a su esposa por idéntica falsedad y
falsificación: no sé qué ha sido de ella ni de ello.
Hoy José María Ángel ha
intentado suicidarse. Puedo llegar a comprender que una persona viéndose así
señalada, habiendo perdido su honra y su honor se haya visto abocada a este
disparate. No es nuevo un hecho así entre las personas… de honor. En España,
digamos, si leemos su historia y a sus clásicos del siglo de Oro se comprenderá.
Una frase famosa de Casto Méndez Núñez, almirante español, concreta y concluye
sobre realidad semejante: «Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra».
Morant, por lo poco que la he oído, por lo que
dice, por lo que declara es tonta de baba. Permítame el lector que dirija a
ella: “Mire usted, señora ministra: un acto así no es fruto directo de ninguna
persecución ajena. Vale con la dignidad propia y una conciencia moral que no
sea como la que ustedes promueven, laxa, pretendidamente sordomuda. Carmen Montón,
que formó parte del gabinete del gobierno de ese líder sin honra ni honor, dimitió
por algo parecido o semejante… ¡Lo que no hizo Pedro Sánchez el hombre de sonrisita
burlona ante ‘las personas de bien’! ¡¡Él, el doctor ficticio, no sabe de eso!!”.
No he entrado en el asunto de José María Ángel.
Fue cogido con la fábrica enterita del helado… y se largó de donde nunca debió
de estar por mentiroso. Punto y final. Usted no lo entiende, Sánchez no lo entiende,
Ábalos no lo entiende… ¿Se puede llegar al suicidio? Miles de personas no
sabiendo gestionar todo esto… sí llegan a él. José María Ángel se ha quedado a un
paso… Este hombre no ha comprendido, como casi todos los socialistas sí lo
entienden, que los españoles tenemos mala memoria y que muerto y enterrado el
perro, a no mucho tardar, todo se habría olvidado… Siento el intento de suicidio
de José María Ángel, pero más siento la desvergüenza con que todos ustedes actúan
por norma sin entender el honor y la honra, sin honra ni honor….
Espero que este pobre hombre se reponga y logre
rehacer su vida, pero ojo, no olvidemos que a la falsificación del título no lo
llevó esposado la guardia civil.
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