28 de mayo de 2018

313-CHALIE-SALIDAS- Opiniones en las manadas, ¿y la hembra alfa?



Querido charlie:

Carecer de escala de valores, ignorar dónde se está de pie, suspender los juicios en mero deseo inactivo, estar a verlas venir… nunca fue lo mío. Siempre preferí tener una escala de valores lo más clarita posible, radical y meridiana, desde la que partir, así como saber qué dirección he querido seguir; no me importa tomar decisiones, como persona libre que soy: elijo e incluso elijo no elegir a veces… Más que verlas venir me gusta salirles al paso: no me ha importado nunca. Los problemas y las crisis no son amables, pero se deben tomar como oportunidades y momentos de posible cambio a mejor. Cierto que la vida y lo que esta conlleva achucha, empuja en la bulla, mete empellones, pone zancadillas y da unos puñetazos que te dejan sin muelas y esos son, muchas veces, bretes inesperados, pero para eso está el resto: para dar respuesta a todo ello y hacerse responsable de lo hecho, sucedido, etc.

Vamos a ver si yo me aclaro. Ya sé que hay tantas varas de medir como personas. Ya sé que cada uno tiene su opinión respetabilísima -¡y un jamón con chorreras: yo respeto a las personas y no siempre a sus opiniones! De tontos está el patio hasta la bola-… ¿O es que no va usted a respetar mi opinión? Pues no, caballero, no: lo que usted afirma es opinión de ignaro en la materia y, ya ve, no la lleva… Va usted como patinete por rastrojo.

Dicho esto y hasta aquí… añado:

1.       No he leído la sentencia que condena a un grupo, conocido como La manada en Pamplona.

2.   Ignoro por qué si uno afirma que «la muchacha la gozó» es un fascista, machista, franquista, supremacista, filonazi y no sé cuántas cosas más y, si afirma que «la muchacha no la gozó» y la creo a ella, soy un buen ciudadano, alma caritativa, defensor del bien, feminista de pro, un adalid de la libertad, etc.

3.     ¿Usted cree que los miles de personas, los millones… ¡lo que se quiera!... que han salido a las calles han leído la sentencia y tienen plena seguridad en lo que vocean, ¡en un sentido u otro! (aunque más bien en uno solo...) o se han tirado a la calle influidas, inducidas, instigadas, animadas… por lo que otros voceras y altoparlantes, medios, personas… han dicho, escrito, gritado, repetido, entonado, salmodiado?

4.    ¿Usted cree que hay un solo feminismo o muchos modos de verlo y que solo uno de ellos, monolítico, autoritario, despótico, dominante, etc. es el verdadero? Hoy, cuando todo es relativo, parcial, peculiar, etc. ¿no le resulta raro que el feminismo sea una fe única, bajo un mismo dogma, «una unidad de destino en lo universal»?

5.      ¿Acaso no tiene usted la sensación de que a base de repetir las consignas de la corriente hegemónica, «el feminismo de género», se quiere hacer verdad lo que es mera opinión?

6.      Son principios del credo feminista:
a.       «toda la realidad que nos rodea es fruto de un orden patriarcal del que la mujeres somos víctimas»;
b.       «todos los hombres son potenciales agresores, violadores, forzadores de mujeres: solo necesitan la oportunidad»;
c.       «la sexualidad es masculina y sirve a los hombres»;
d.       «toda mujer es un ser inactivo sexualmente violentada por los hombres»;
e.       «el género se construye (no hay nada biológico)»:
f.        Etcétera, etcétera. Amén.

7.       ¿Alguien se ha preguntado por qué este discurso del feminismo supremacista no es eficaz y sí solo eficiente? ¿No será acaso que parte de premisas falsas y, por lo tanto, no alcanza solución ninguna? ¿No piensa que el feminismo se retroalimenta en sus instituciones, sus fundaciones, sus asociaciones, organizaciones, grupúsculos… mueve mucho el cauce, pero no hay agua en el río? ¿Cómo es que, si durante décadas, se invierte, se insiste, se forma en esta fe, en esta ideología, como nunca antes, hay algo mal concebido porque nos movemos menos que el caballo del retratista?

8.    Es posible que no importe tanto la verdad y, en definitiva, la solución de los problemas como alcanzar posiciones de presión que llevan a poderes, privilegios de múltiples índoles?

9.    Y así, ¿qué hombre se atreve a decir «esta boca es mía” (ahora vas y lo dices Sabina) si me amenazan con echarme de mi propia casa, de mi hogar, de meterme en la perrera sin abrir el pico y fusilarme al alba sin juicio previo…?

Ya saben lo que cuentan de Diógenes Laercio, el cínico: cuando todos salían del teatro, acabada la representación, entonces decidía él entrar… en el teatro… y a la pregunta por el motivo de esta actitud, él decía que se estaba acostumbrando a ir contra corriente. Ir contra la mayoría cuando muchos creen que la verdad se constituye a mano alzada… es tedioso, arduo, agotador… Una vez tras otra en el aparente bucle, de nuevo sube Sísifo la piedra para que caiga desde la altura antes de lograr llegar a la cima…

No puedo, ni quiero, defender a La manada sevillana de los cinco, pero tampoco puedo, ni quiero, respaldar a esa otra “Nosotras somos tu manada”, que quiere enmendar la plana a los jueces a golpe de tuit, a base de pancartas, de rostros pintados, de voces… Solo me gustan las manadas de lobos; las personas así reunidas, con unas y otras intenciones, se me antojan hatajos de bestias con fines nada limpios. ¡¡Y dejen que los jueces y la Justicia actúen!!


Tucho Castelo.

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