tag:blogger.com,1999:blog-5676913654908264765.post9114090093494794285..comments2024-03-24T18:14:56.495+01:00Comments on Antonio José Alcalá: Herr Goldmundo... sobre Zubiri y su filosofía... y mis comentariosAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/04873399181658767926noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-5676913654908264765.post-49060180236316327462017-05-17T19:27:34.452+02:002017-05-17T19:27:34.452+02:00El otro día, por la tarde, me encontraba arrojado ...El otro día, por la tarde, me encontraba arrojado en el suelo tapizado, escuchando una música malísima llena de gallos, al mismmo tiempo que sostenía una barra de pegamento carioca. De repente sonó el tiembre. Un hombre entra y reclama mi presencia. Luego mi firma. Y luego, mis brazos. Aquel individuo me habia dejado un paquete sospechoso sobre mis extremidades. Al cabo de unos minutos efímeros y a la vez enigmáticos, permanecía en la misma posición estúpida y edulcorada. ¡Diantres, me temo que debo hacer algo con este bulto, o perderé el equilibrio!, pensé. Entré en la cocina. Allí mismo, sobre un tapete lleno de polvo y lamparones de substancias indeterminadas, me desprendí de la carga. ¡Carioca!... ¡Haaaaajjjj! ... ¡Relajante!... ¡Relaxing cup con cafe con leche! <br /><br />Cuando entró la tarde me levanté, como de ordinario, sin ninguna novedad aparente. Me arrojé a la calzada de un autoempujón, buscando la puerta de la taberna del pueblo. Tras caminar indeterminadamente una media hora, la encontré, la pierta de la tasca del pueblo. Entré, y pedí lo mismo de ayer, de anteayer, y de lo de todas las tardes. Entre tanto, el tabernero balbuceo, turbado,<br />—¡Hombre, juglar! ¡Qué extraña novedad verte por aquí, con esos harapos de viejo caminapueblos!<br />—¿Qué te pasa, camarada, quieres algo, o lo de siempre?<br /><br />Bebia, mientras miraba intermitentemente al suelo y al intermitente de una silla de ruedas aparcada en la puerta. Entre tanto, entra un hombre, con una bolsa de arroz sobre la espalda:<br />—¡Eh, tú, bandido, me debes tres mil pesetas de whisky!<br />—¡Camarero haga algo, este hombre me ataca, y tiene cara de querer morder!<br />¡Fuera de aquí, mongolo, espectro funesto, sombra cojitranca, tragavirotes, o te expulsaré yo mismo con mi extintor gigante disuadeabusones!<br />—¡Caracojón!<br /><br />Luego me fui, y me dirigí al jardín del pueblo, para contemplar a las palomas y los gatos. Empezó a sonar mi teléfano mobil, y llamó un hombre. Me quería vender una cavadora multifunción multitarea del futuro de tres millones de caballos, por si se atraganta con un tronco o una roca. O otro tractor cavadora multifunción multitarea de última generación. ¡Pero yo no tengo tierras!, ¡NO TENGO TIERRAS! <br />Pues compralas, trabajalas, y hazte pastor, me replicó. Yo le repliqué, Adios, hombre funesto, vendedor de ingratas zalamerias y humos de rey mago, destilador de veneno y pestes del ultramundo.Anonymousnoreply@blogger.com