6 de julio de 2020

LO QUE LEO-05- FERNANDO SIMÓN HUELE






Desde mi perspectiva.







EL PAÍS 05 JUL 2020

Descifrando a Fernando Simón: “No podía perder la calma”

Es el hombre sobre el que han recaído todos los focos durante la pandemia en España. Ha explicado la crisis atrayendo a tantos detractores como seguidores. El responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias es un médico zaragozano de 56 años que llega cada mañana en moto al Ministerio de Sanidad. Y asegura que cuando habla, no lo hace pensando en los periodistas, sino en la gente.



El señor Simón ha quedado en el imaginario colectivo de los españoles como el dueño de las mazmorras… Un tipejo despeinado, como casi todos los que lo veíamos, vestido de trapillo, como casi todos los que lo veíamos, que nos hablaba de una realidad que amenazaba nuestras vidas. Poco a poco él y nosotros aprendimos a dibujar al enemigo.

Hace unos días recibí un vídeo de Julio Montero, donde explica la importancia capital de la comunicación entre las personas. Esencial esta en la interdependencia del “bípedo implume”, del zoon politikon. Toda comunicación enseña el profesor Montero tiene tres finalidades: informarnos, persuadirnos y divertirnos.

Asocio estas dos informaciones que me llegan. Descarto absolutamente que los fervorines de Simón tuvieran algo divertido: ciertamente, por el temario no venía al caso, aunque, a lo mejor, este señor es muy simpático… Explica Montero que la persuasión es pura manipulación de lo que se cuenta, pues todo aquel que informa –yo lo hago ahora- selecciona una serie de elementos significativos a los que se da traslado para que sean aceptados por el receptor de mi mensaje. Cierto que el término manipulación tiene un tufazo peyorativo apestoso. Montero explica que también existen aquellos que hacen de la persuasión tal manipulación y dan tal sesgo a su comunicación que la sitúan de lleno en la tercera acepción del término, según la RAE: “3.tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares”.

Me da igual que este Simón vaya en moto, que tenga mi edad y que… para mí ha sido un instrumento del Gobierno al servicio de una vil manipulación, como después se ha demostrado contrastando lo que decía con la realidad.

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